Siete “tips” para adelgazar de forma definitiva

Siete “tips” para adelgazar de forma definitiva

A través de la auto educación y la deliberada aplicación de este conocimiento, cualquiera puede conseguir resultados en la  búsqueda  de  sus  objetivos de pérdida  de  peso.  Las estrategias  de algunos regímenes abogan por  evitar  algún tipo  de alimento, o por dar predilección a alguno. A veces se  exige  comprar alimentos preparados. Ninguna  de  estas estrategias es correcta porque, en el mejor de  los  casos, se  dirigen  a una corrección a corto plazo de un  problema que viene de largo. La pérdida de peso es recuperada con mucha facilidad en las llamadas  dietas  “yo-yo” (el peso  corporal  va  y  viene), debido  a  que  no  se  consideran todos  los  factores  de comportamientos y bioquímicos. Además, la  mayoría  de  las dietas que prometen resultados espectaculares carecen de un elemento muy importante: el sentido común. A  continuación exponemos los siete “tips” que deben considerarse, si  se desea realmente bajar de peso y comenzar a disfrutar de  una vida más sana, llena de energía y vitalidad, y  por supuesto, con una figura estética ideal.

TIP  1.

  El cuerpo tiene un número dado de células para  el almacenamiento  de  grasas  (adiposas),  que   aumentan   o disminuyen   de  tamaño  para  acomodarse  a  los   niveles cambiantes de necesidad de almacenamiento de grasas.

TIP  2.

  Las  grasas  de la dieta se  almacenan  con  mucha facilidad   en  las  células  adiposas.  Debe,  por   esto, emplearse  una  dieta  pobre  en  grasas  que  reduzca  los depósitos  de  grasas existentes en el cuerpo.

TIP  3.

  Para  perder  peso con éxito,  deberían  reducirse gradualmente  las grasas de la dieta hasta el nivel  mínimo tolerable.  Para  la  mayoría de la gente,  este  nivel  se situará  en  torno  al  20 por 100  de  las  calorías.  Una proporción   inferior  hace  que  las   comidas   no   sean satisfactorias,  debido  a su rápida  liberación  desde  el estómago  al intestino y el rápido inicio del hambre.  Será necesario  realizar  una disminución gradual  y  consciente para  evitar  el malestar, y para asegurar  un  cambio  con éxito, y a largo plazo, de los hábitos alimenticios.

TIP   4.

  Dado  que  las  grasas  de  la  dieta  son   tan satisfactorias,  aparecen  ampliamente  en  los   alimentos preparados.  Lo  ideal es una dieta de cereales,  frutas  y verduras cuidadosamente preparados. Las grasas de pescado y el  aceite de oliva son realmente buenas para el cuerpo,  y deberían  idealmente componer la mayoría  de  las  calorías grasas. Las grasas de origen animal (esto es, las que contienen las carnes  y  productos lácteos), son menos sanas,  y  deberían tomarse  al  mínimo.  Haz esto comiendo  proteína  vegetal, pollo sin piel y pescado. Recuerda que la grasa de la dieta es  hoy  tu  enemigo para la pérdida de peso y,  a  largo plazo, tu enemigo para las dolencias cardíacas. Esfuérzate  constantemente  por  mantener  al  mínimo   las calorías grasas. Adopta estrategias de reducción de  grasas, como  son  las  de  evitar  restaurantes  que  carezcan  de opiniones saludables en el menú, y pide que te traigan  por separado  las salsas y el aliño de la ensalada.  Estudiando los  envases  de los alimentos en el supermercado,  podemos percatarnos  rápidamente del contenido graso  de  aquellos. Todos  los  envases  de alimentos deben  dar  la  lista  de ingredientes  por  orden de cantidades,  de  modo  que  los alimentos  más sanos mostrarán las grasas como uno  de  los últimos ingredientes. Mantequilla, margarina, sebo, manteca de  cerdo  y  aceites son todos fuentes de  grasas  que  se encuentran  en los alimentos procesados y en  las  recetas. Empieza  a  recoger  recetas y  libros  de  cocina  que  se concentren en alimentos pobres en grasas.

TIP   5.

 Todos  los  alimentos  se  convertirán  en  grasa almacenada  si  se  consumen en exceso de  las  necesidades energéticas. Las necesidades de proteínas y grasas  de  los seres  humanos suelen ser fijas, y los hidratos de  carbono complejos deberían contribuir con energía (calorías) cuando se  necesite.  Para  reducir los cúmulos  de  grasa  en  el cuerpo,  es  necesario utilizar más energía de  la  que  se consume  en  los  alimentos, por  medio  de  actividades y ejercicios corporales. El  contenido  en  nutrientes de  los  alimentos  debe  ser elevado,  especialmente si se consumen menos calorías.  Los dulces (hidratos de carbono simples) deberían ser evitados, debido a la baja densidad de nutrientes y al alto contenido en grasas que a menudo se encuentra en ellos.

TIP  6.

  Las dietas muy bajas en calorías y la carencia  de ejercicio contribuyen a quemar tanto la masa muscular  como la  grasa  corporal.  Esta condición  es  malsana  para  el cuerpo y  el hambre, de rebote, da como resultado  que  se recupere la grasa corporal. El cuerpo recupera la grasa más fácilmente,  y  con  el tiempo cambia  la  composición  del cuerpo a un mayor porcentaje de grasa. El  enfoque  correcto  es  el de aumentar  gradualmente  el ejercicio  al  tiempo  que  se  disminuye  gradualmente  la ingesta de calorías (provista desde las grasas). Un  cambio rápido no funcionará a largo plazo.

TIP  7.

 Un  cuerpo bien ejercitado estará  bioquímicamente entrenado  para  utilizar  más  eficientemente  las  grasas procedentes de la dieta y de las reservas como  fuentes  de energía. La tendencia a almacenar grasas se reduce  con  el entrenamiento atlético. Si la intensidad del  ejercicio  es lo  bastante alta, el cuerpo quemará energía durante  horas después de que el ejercicio haya acabado.

Este  efecto  incrementa el Metabolismo Basal,  que  es  la energía  que  se  quema  en  reposo.  Sin  el  aumento  del Metabolismo  Basal  inducido por el  ejercicio,  hacer  una dieta  para  perder  grasa  corporal  se  convierte  en  un esfuerzo sin resultados.

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