La pérdida de valores fundamentales, la falta de inversión en la educación, la degradación de la familia, la corrupción y la violencia en todos los niveles tienen carcomida a la sociedad dominicana, coincidieron por separados siete sacerdotes que ocupan posiciones de párrocos en igual número de iglesias católicas de barrios populares del Distrito Nacional y de la provincia Santo Domingo.
La pérdida de valores fundamentales, la falta de inversión en la educación, la degradación de la familia, la corrupción y la violencia en todos los niveles, tienen carcomida a la sociedad dominicana, coincidieron por separado siete sacerdotes del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Los párrocos, que emitieron las consideraciones son Abraham Apolinario, de la iglesia San Juan María Vianney, en Capotillo; Nelson Acevedo, de Espíritu Santos, en Villa Mella; Leocadio Cruz, de San Felipe, en Villa Mella; José Luis Hernández, de la San Elías Profeta, en Villas Agrícolas, y San José de Villa Consuelo. Mario Leonardo, director del colegio Oratorio María Auxiliadora; Gregorio Alegría, de San Vicente de Paúl, en Los Mina, así como Ramón Suero, de la parroquia América Latina, en Sabana Perdida.
Apolinario, además director del colegio Santo Cura de Ars, atribuyó el auge de la corrupción a la impunidad, mal que prácticamente se ha convertido en una cultura en la República Dominicana.
Sostuvo que en Capotillo existen al menos tres puestos de compra de alambres quemados, que lo sabe la Policía, a pesar de que esa mercancía que adquieren es robada.
Leocadio Cruz (padre Lucas), atribuye tanta corrupción y violencia a que se ha perdido la familia, ya que muchos viven juntos pero sin comunicación, lo que hace que cada uno ande por su lado, el padre no sabe qué hacen sus hijos, ni la esposa lo que hace su compañero.
Indicó que la falta de energía eléctrica y de otros servicios fundamentales, como la educación, la salud y el agua potable generan violencia, tras considerar que no es lo mismo levantarse fresco y encontrar todos bien refrigerados, a cuando no se puede conciliar el sueño por un apagón.
Individualismo. Alegría y Suero advirtieron sobre el peligro de que la sociedad se vuelva cada vez más individualista y materialista, que cada quien luche por hacerse más rico con el menor esfuerzo, por lo que en la actualidad cientos de personas aspiran a llegar al Congreso y los ayuntamientos en las próximas elecciones.
En cambio, Acevedo, lamentó que el cáncer de la corrupción se pase inadvertida y que la violencia siga creciendo en la sociedad dominicana.
Atribuyó lo segundo a la falta de educación distribución equitativa del crecimiento económico, y dijo que el afán de riqueza está llevando a muchos a querer llegar al poder para aprovecharse de él.
Afán de lucro
Coinciden en que el facilismo y el afán de riqueza al menor esfuerzo está llevando a muchos a querer llegar al poder, para desde las instancias del Estado aprovecharse del erario y salir millonarios. Preocupa la gran cantidad de candidatos para próximas elecciones.
Invertir en educación
Casi todos consideran que el Gobierno debe invertir más en educación, porque después de la familia es la madre del desarrollo social y económico.
En primera persona
Abraham Apolinario
Párroco en el barrio Capotillo
La corrupción se observa, no solamente en el Estado, también abajo, desde un soborno para obtener una acta de cualquier documento
José Luis Hernández
Párroco en Villas Agrícolas
La peor crisis no es la económica, sino la moral, que se manifiesta en la corrupción, la impunidad y la violencia que se manifesta en el país
Gregorio Alegría
Párroco en Los Mina
El problema de la corrupción es que la gente ve este mecanismo como el más idóneo para hacerse de fortuna de la manera más fácil posible
Ramón Suero
Párroco en Sabana Perdida
Es preocupante cómo la sociedad se muestra pasiva ante denuncias de corrupción, lo que indica una gran pérdida moral.