Siete días de cine
Quantum of  Bond, sin artilugios tecnológicos, en nuestras pantallas

<STRONG>Siete días de cine<BR></STRONG>Quantum of  Bond, sin artilugios tecnológicos, en nuestras pantallas

Hay autores malditos que jamás logran conocer el éxito en vida.

Ya se sabe que Kafka nunca publicó nada mientras vivió y que gracias a la negativa de un amigo de quemar sus manuscritos es hoy el gran autor reconocido mundialmente.

Margaret Mitchell, la autora de “Lo que el viento se llevó” falleció atropellada por un vehículo cuando la cinta basada en su novela iba a estrenarse.

Dos semanas antes de que el mundo conociera la adaptación de “Doctor No” a la pantalla, fallecía Ian Fleming, a los cincuenta y seis años de edad, el mismo día del cumpleaños de su hijo.

Dejó un puñado de novelas escritas sobre el personaje de James Bond (nombre que fuera tomado de un ornitólogo) y una serie de relatos que se han estirado hasta lo imposible para dar paso a la serie de películas que todos conocemos. A principios de los cincuenta, la televisión norteamericana ya había adaptado “Casino royale” como episodio televisivo, protagonizado por Barry Nelson pero, aquella barata producción, rodada en blanco y negro y en un par de interiores, jamás podría compararse con lo que vendría a continuación.

Para colmo, el agente 007 pasaba a ser norteamericano. Fleming, que había sido periodista, empezó a escribir en Austria, fue periodista de “Reuters” y, durante la Segunda Guerra Mundial, ocupó el puesto de comandante del Servicio de Inteligencia Británico.

Con toda esa experiencia a cuestas, se retiró a su casa de Jamaica, llamada “Goldeneye” y allí escribió y escribió sobre el famoso personaje, ese agente secreto, conocido en todos los rincones del mundo, capaz de vencer a los más temibles enemigos y de seducir a las más bellas mujeres.

De hecho, Fleming solía decir que “A los hombres les gustan las mujeres que puedan prenderlas y apagarlas”.

Siempre se crea confusión a la hora de citar la filmografía de Bond ya que hay varias películas que no pertenecen al grupo de las producidas por Brócoli y Saltzman.

Eso sucede con el episodio ya mencionado de “Casino royale”, con el “remake” paródico de ese mismo episodio (rodado por varios directores como Val Guest, Ken Hughes etc y con un elenco impresionante de estrellas de la época) y con el retorno de Sean Connery al personaje en “Nunca digas nunca jamás” basado en “Thunderball” o en una parte de ella sobre la que poseía los derechos de autor.

Los fanáticos de Bond citan y citan las películas del agente sin temor a equivocarse.

Nosotros, ante tanta reiteración y situaciones similares, empezamos a confundirlas. De todas maneras las hemos visto todas: “Dr No”, “Desde Rusia con amor”, “Goldfinger”, “Operación Thunderball”, “Sólo se vive dos veces”, “Al servicio secreto de su majestad”, “Los diamantes son eternos”, “Vive y deja morir”, “El hombre del revólver de oro”, “La espía que me amó”, “Moonraker”, “Sólo para tus ojos”, “Octopussy”, “A view to a kill”, “The living daylights”, “Licencia para matar”, “Goldeneye”, “Tomorrow never dies”, “El mundo no es suficiente”, “Die another day”, “Casino royale” (en su tercera versión) y ahora el “Quantum of solace,” cuya traducción es un verdadero rompedero de cabeza y es por eso que los distribuidores y exhibidores se han decidido a dejarlo así, en su inglés original.

Zoom

 “Quantum

of solace”

La película

Título original: “Quantum of solace”.  Director: Marc Forster.  Intérpretes: Daniel Craig, Olga Kurylenko, Judi Dench, Matthieu Almarc, Giancarlo Giannini, GEmma Arteton, Jeffrey Wright, David Harbour, Jesús Ochoa, Fernando Guillén Cuervo. Ya Craig no es una sorpresa de la misma manera que el film no es,  aunque su éxito en boletería garantiza la permanencia del personaje y  la serie.

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