Roma, (EFE).- Las indagaciones por el naufragio del crucero Costa Concordia, que el pasado 13 de enero encalló en aguas de la isla italiana del Giglio, se ampliaron hoy a nueve personas, con siete nuevos investigados, de los que tres son responsables de la naviera y otros cuatro oficiales de a bordo.

  Los tres responsables son el vicepresidente ejecutivo de operaciones de la flota, Manfred Ursprunger, así como el jefe de la Unidad de Crisis, Roberto Ferrarini, y el superintendente de la flota de la nave, Paolo Parodi, informaron los medios de comunicación italianos. 

 Los nuevos indagados son sospechosos de homicidio culposo, naufragio y de omisión en la comunicación a las autoridades marítimas, según las mimas fuentes.   Hasta ahora, estaban siendo investigados por el accidente marítimo del pasado 13 de enero el capitán del crucero, Francesco Schettino, y su segundo en el puente de mando, Ciro Ambrosio. 

La naviera Costa Cruceros confirmó, a través de un comunicado, la inclusión de siete nuevos nombres en el registro de los indagados por el caso, al tiempo que expresó su “confianza” en el trabajo de los magistrados responsables de las pesquisas.   Costa Cruceros manifestó que “averiguar la verdad es indispensable con el objetivo de hacer justicia, en primer lugar para las víctimas, pero también para la tripulación y la compañía».   La naviera subrayó que ha ofrecido toda su colaboración a los investigadores y expresó su convicción de que se “confirmará la profesionalidad de la compañía y la capacidad de sus trabajadores, tanto de abordo como de tierra, a la hora de afrontar esta extraordinaria emergencia». 

El número de víctimas mortales en el naufragio se elevó hoy a 25, tras el hallazgo de ocho nuevos cadáveres en el interior de la nave, mientras que aun quedan siete personas desaparecidas.   Entre los cadáveres localizados hoy se encuentra el de la niña de 5 años Dayana Arlott, que desapareció tras el naufragio junto a su padre, William.   El Costa Concordia naufragó el pasado 13 de enero cuando viajaba con 4.229 personas a bordo, en aguas de la isla italiana del Giglio, tras colisionar con un escollo. 

  La naviera admitió que el naufragio se produjo después de que Schettino, actualmente en arresto domiciliario, se acercara a la costa de la isla variando la ruta establecida.