Las puntuaciones, recurso en el orden escrito del lenguaje, de variado empleo. Por ejemplo, de la simple coma, la normativa afirma que sirve para “separar elementos análogos del lenguaje:
Sustantivos: cucharas, platos, tenedores, cuchillos.
Adjetivos: laborioso, capacitado, solidario, respetuoso.
Verbos: escucha, lee, analiza, decide.
En cada línea podríamos, entre los últimos elementos, poner la conjunción /y/, que indica que terminamos con las enumeraciones de los elementos análogos. También podemos obviar la conjunción y colocar coma, lo cual revela que estamos en la terminación de esos elementos de igual función gramatical. O pondría otro signo, según el pensamiento del escritor o las ideas pertinentes al desarrollo del texto. Pero esa es la decisión del autor.
En ocasiones dudamos si debe ir o no ese rasgo en tal lugar de la escritura.
Marcamos coma en frases exclamativas o en vocativos
– ¡Oh/, /Dios. Perdóname.
-Juan/, /ven enseguida.
-¿Eres tú/, Guadarrama viejo amigo, la sierra gris y blanca… (Antonio Machado).
Guadarrama es nombre propio, por eso va con mayúscula inicial, es un vocativo, si yo dijere:
Guadarrama, viejo amigo, eres tú la sierra azul y blanca…, reconozco que el vocativo se coloca también al inicio del párrafo o de la frase y, a veces se enriquece con exclamaciones: /oh/, /ah/, y a continuación el resto del enunciado.
Recordamos en un renglón de cantares de Antonio Machado, estas formulaciones:
-Alfarero, /a/ tus cacharros. Haz tu copa para que beba tu hermano.
-Alfarero…, /haz/ tu copa! Y no te importe/ si no sabes hacer el barro.
En ambas menciones, /alfarero/ es el vocativo a quien se le dirige la invocación. En el primer cantar, se le requiere al operario: /haz/ tu copa. Vale decir, un reclamo de realizar algo: /hacer/ copas para tal fin. Lo mismo sucede en el segundo /haz/… y no te importe… sin embargo, en el primer modelo se escribe: “/a/” tus cachorros, sin ninguna otra letra, ni antes ni después de dicha /a/. Implica que después del vocativo /alfarero/ se hace una pausa, y aunque se ha intercalado un incidental, (“a tus cacharros”), debo poner comas antes y después del incidental y que esa /a/ es un solicitud para que el alfarero se ponga en la dirección preposicional “vete /a/ fabricar tus piezas”.
Uso del punto y coma [;].
a) “Toma tu libro; yo me quedo con el mío”.
b) “Toma el libro grande; yo me quedo con el pequeño”
(Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña).
Son dos expresiones; cada una contiene dos oraciones. En cada caso: a) y b) las oraciones van separadas por punto y coma. Esto se explica porque cada frase, dos en cada apartado, tiene una vinculación muy estrecha con la oración siguiente. ¿Pondríamos coma? Pondrían /coma/ para separar palabras o frases del mismo nivel: sustantivos, adjetivos, verbos etc. Y pintaríamos punto y seguido o aparte para marcar la distancia mayor entre las dos unidades.
No siempre marcamos la puntuación como precisamente le correspondería. Recuerdo ahora una conversación entre Hatuey de Camps y varios de sus colaboradores en la Cámara de Diputados, posiblemente en octubre del 1979. El legislador tenía varias semanas de haber asumido la presidencia de la Cámara Baja y asignó a sus colaboradores un trabajo importante para la prensa. Lo hizo de esta forma:
“Escribamos de la mejor manera y con el mejor estilo. Pero cuando vayan a poner un punto y coma, conviene usar otro signo, pues el punto y coma es muy quisquilloso, muy difícil de asentar la propiedad de esa virgulilla. Ese empleo lo dejo a discreción del profesor Juan Bosch, porque él ya ha escrito mucho, y lo sabe hacer muy bien”.