Signos delatores

Signos delatores

El Gobierno se ha ocupado de confirmar que el endeudamiento público ha sido el sostén de la estabilidad económica. Gracias a esos recursos contratados con bancos internacionales y nacionales el presidente Leonel Fernández se ha afianzado en el poder a través del clientelismo político que ha fomentado sobre la base de expandir el gasto público.

Mientras las economías europeas tienden a reducir drásticamente el gasto, República Dominicana, cuyas finanzas tienen en las remesas uno de sus principales soportes, no hace más que incrementarlo. Es lo que explica que una entelequia de servicios tan limitados como el Instituto Nacional de Estabilización de Precios (Inespre) cuente con una nómina tan escandalosa.

Mientras se aumenta el número de botellas y se reclutan tránsfugas para debilitar a la oposición, siempre con cargo al Presupuesto, la asignación a la enseñanza, menos de un 2%, es la más baja de la región. Y uno oye decir que hay senadores que reciben más de dos millones de pesos mensuales, lo que sería una verdadera afrenta en un país que tiene permanentemente que recurrir al endeudamiento para sostenerse.

Hace unos días que retorné de un recorrido por Madrid, Barcelona, Francia y varias ciudades de Grecia e Italia y puedo afirmar que la crisis en esos países no se ve ni se siente con la intensidad que ha alcanzado en República Dominicana. En España el tema es el paro y en Francia el conflicto por la edad de la jubilación, pero la gente hace su vida normal. Hay seguridad y los turistas no sienten ningún temor al andar por las calles ni en las visitas a las plazas y museos.

A diferencia de República Dominicana, con esas economías el FMI ha sido implacable en materia de exigencias para reducir los déficits fiscales.

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