Sigue crisis por caricatura Mahoma

Sigue crisis por caricatura Mahoma

COPENHAGUE (AFP) – Dinamarca, presa de la ira del mundo musulmán por el caso de las caricaturas de Mahoma, con amenazas contra sus embajadas y ciudadanos, todavía no encontró una salida a esta crisis inédita, se estimaba el domingo en Copenhague.

   Las últimas dos semanas fueron una verdadera pesadilla para este pequeño reino escandinavo.

   El balance es particularmente negro para el país: tres de sus embajadas (Siria, Irán, Indonesia) y dos consulados (Líbano, Túnez) fueron cerrados, en algunas ocasiones tras ser saqueados; los daneses perderán varios mercados en Oriente Medio por el boicot árabe y sus diplomáticos y nacionales están amenazados por los extremistas.

   La crisis también salpicó a otro país de la región, Noruega, y a varios Estados europeos, después de que la prensa del Viejo Continente reprodujera las caricaturas del profeta musulmán en sus páginas.

   El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Javier Solana, iniciará el lunes una gira por Oriente Medio con el objetivo de restaurar los «lazos de amistad» arabo-europeos.

   La visita de Solana a Oriente Medio está destinada a «promover el diálogo y reforzar las relaciones de amistad y mutuo respeto entre Europa y el mundo musulmán», según su servicio de prensa.

   Por su parte, Estados Unidos, que tardó en respaldar a Dinamarca, se vio en cierto sentido comprometido por esta crisis que se produce en un ambiente de tensión entre Occidente y Oriente Medio.

   El jefe de redacción de Politiken, el segundo diario danés después de Jyllands-Posten –el primero en publicar los dibujos–, Toeger Seidenfaden, explicó que la crisis no ha finalizado, aunque subrayó que la violencia en el mundo musulmán decreció.

   «Parece que cada vez más los líderes políticos y religiosos imponen o aconsejan un comportamiento de protestas pacíficas, esto es esperanzador», dijo a la AFP.

   El sábado, los musulmanes europeos se manifestaron pacíficamente en París, Londres, Berlín y Oslo.

   Los actos de protesta han ido calmándose, pero las amenazas son latentes: el sábado Dinamarca decidió cerrar sus embajadas en Yakarta y Teherán y evacuar a sus diplomáticos.

   Las autoridades danesas pidieron a sus ciudadanos que «abandonen Indonesia lo antes posible» porque están en peligro «inminente», según «informaciones creíbles» recibidas por el ministerio danés de Relaciones Exteriores.

   A pesar de las críticas emitidas contra el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, la opinión pública del país se mantiene favorable a la firmeza mostrada por el jefe de Gobierno frente a las protestas.

   Los últimos sondeos muestran que la mayoría de daneses censuran a los imanes del país, sospechosos de haber propagado informaciones falsas sobre las caricaturas.

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