¿Sigue engordando? ¡Cuidado con el estrés!

¿Sigue engordando? ¡Cuidado con el estrés!

Cuando se atraviesan épocas de estrés, el cuerpo libera una hormona denominada hidrocortisona, que favorece que la grasa corporal se acumule en la zona central de la anatomía.

Así lo sugiere un estudio publicado en la revista Medicina Psicosomática, en el cual se explica que las mujeres con grasa abdominal se sienten más amenazadas por las tareas estresantes, las desempeñan peor y segregan sistemáticamente más hidrocortisona, en comparación con otras que no tienen acumulaciones de grasa en esa zona del cuerpo.

Las mujeres con grasa abdominal también se describen a sí mismas con «más estados de ánimo negativos y niveles más elevados de estrés vital», ha señalado la psicóloga Elissa S. Epel, que ha dirigido el estudio de la Universidad Yale, en EE.UU.

Según la experta, «una mayor exposición al estrés vital o una vulnerabilidad psicológica al estrés puede explicar el aumento de reactividad de la hidrocortisona. A su vez, la exposición a la hidrocortisona puede llevar a acumular más grasa abdominal».

La hidrocortisona no es la única hormona relacionada con el estrés crónico y el sobrepeso. También repercuten en la balanza el cortisol, la adrenalina y la norepinefrina: tres hormonas que se liberan en el organismo para estimularlo y prepararlo física y mentalmente para el esfuerzo adicional de luchar o huir ante una amenaza, un conflicto, una pérdida u otras situaciones de estrés.

LAS HORMONAS REGORDETAS

Estos compuestos nos estimulan a través de distintos mecanismos a entrar en acción, al movilizar desde las reservas corporales, las grasas y la glucosa que necesitamos para obtener energía, aumentar el bombeo cardíaco, activar las células musculares y enviar más sangre al cerebro, corazón y músculos.

Son las hormonas que necesitamos para disponer de una energía extra y afrontar una situación de emergencia, como la muerte de un ser querido, un robo, un accidente o una fuerte discusión laboral. Sin ellas no tendríamos capacidad de reacción ni fuerzas para responder a los retos de la existencia. 

Pero si el cortisol, la adrenalina y la norepinefrina están presentes de continuo en el organismo porque la tensión nerviosa es crónica, prolongándose durante días, semanas o incluso meses o de por vida, o su nivel se mantiene alto durante mucho tiempo, pueden hacer estragos en la salud, el bienestar y la silueta.

Según los expertos, el estrés engorda porque induce a las glándulas suprarrenales a secretar más cortisol, para que el cuerpo se prepare para una emergencia, lo cual incluye almacenar grasas en el peor lugar posible: el vientre.

Además, después de haber movilizado las reservas de energía –las grasas y el azúcar sanguíneo– aumenta el apetito para obtener más combustible para los músculos, lo más rápidamente posible, y hace que el cuerpo produzca más insulina, la cual induce a una mayor acumulación de grasa y vuelve al organismo más sensible a la lipasa: una enzima que ayuda a producir más grasas.

Asimismo, la tensión nerviosa impulsa a comer y ansiar más grasas, y a ingerir cualquier cosa que se tenga a mano, además de estimular los comportamientos orales, como fumar, morderse las uñas, comer bizcochos de chocolate o beber alcohol.

Un consejo dietético para las épocas estresantes consiste en ingerir más naranjas y otras frutas y verduras ricas en vitamina C, como las fresas, el kiwi, las coles, el melón o el pomelo, ya que la tensión nerviosa reduce los niveles de este antioxidante que previene la baja inmunológica y el envejecimiento de las células.  EFE-REPORTAJES

CÓMO IDENTIFICARLO

Bajar la tensión, para perder kilos

Ingerir alimentos saludables y escoger tentempiés equilibrados no sólo beneficia la salud, sino también la psique, porque al saber que se sigue una dieta correcta y se satisfacen las necesidades nutritivas, refuerza la sensación de control, lo cual le hará sentirse menos amenazada en las situaciones estresantes.

Además, es aconsejable tomar un desayuno que suministre la energía y calorías suficientes para resistir hasta el almuerzo, y esperar en vez de darse un atracón al dispararse los nervios:  ¿Desea una buena dosis de dulce cuando se aproxima el plazo de entrega de un trabajo? Espere 10 minutos, tome un té sin cafeína, haga una pausa o distráigase, la necesidad de comer pasará.

Para el psicopedagogo Bernabé Tierno, «el estrés es una respuesta de ansiedad cuando tenemos que hacer frente a unas demandas del medio que nos resultan excesivas y no creemos poder superar con nuestras capacidades».

«Para resolver problemas se necesita una sencilla planificación en la que es esencial reflexionar sobre la dificultad y analizar las demandas y nuestra capacidad: aunque no hace falta planificarlo todo ni escribirlo, es necesario diseñar un plan de acción, para acercarte a la solución que deseas», señala el experto.

Para Bernabé Tierno, «saber relacionarse con los demás y comunicarse de forma adecuada es otra herramienta esencial anti-estrés: en la mayoría de nuestras preocupaciones hay implicadas, directa o indirectamente, otras personas; acercarnos a ellas nos permitirá resolver muchas de las dificultades que nos estresan».

«La mujer es más propensa al estrés porque suele estar desbordada por la acumulación de tareas en su casa, familia y trabajo: debe reemplazar la idea de hacerlo todo y mejor que nadie, por la de delegar, compartir y vivir el presente sin cargarse de cosas. Hay que aprender a priorizar ciertas cosas, a distinguir entre lo que es importante para ti y lo que no».

El psicólogo aconseja ser un poco flexible: «está claro que no pueden cambiar algunos horarios, pero a lo mejor uno se pone demasiadas exigencias; hay tiempo para todo si parte de una buena organización y cuenta con los demás».

«Aceptar los pequeños e imprevisibles sucesos diarios con calma y no darle más importancia de la que tienen a algunos sucesos, también ayuda a ahuyentar el estrés, y de paso, el sobrepeso».

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