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DUBAI (AFP).- La presunta profanación del Corán en la base norteamericana de Guantánamo, que ha provocado violentas manifestaciones en varios países musulmanes, comienza a alentar reacciones de otra índole, con Arabia Saudita que exige una investigación y los Hermanos Musulmanes que piden que Washington se excuse.
En las manifestaciones más violentas de la jornada, al menos siete personas murieron en Afganistán, elevando a 14 el cómputo de muertos en cuatro días de protestas antinorteamericanas en ese país.
Por su parte, varios miles de paquistaníes se manifestaron este viernes sin incidentes en las principales ciudades del país para protestar contra las presuntas profanaciones del Corán en Guantánamo.
Gritando «¡Muerte a Estados Unidos!», los manifestantes se congregaron al llamado de partidos islamistas tras la gran plegaria musulmana del viernes en Islamabad, Karachi (sur), Lahore (este), Peshawar (noroeste), Multan (centro), Quetta (sudoeste) y muchas otras ciudades.
Miles de personas manifestaron en la franja de Gaza y en Cisjordania gritando consignas antinorteamericanas, mientras que en Irak, los imames reaccionaron durante la plegaria semanal.
El Hezbolá chiíta libanés denunció este viernes la presunta profanación del Corán por interrogadores en la base norteamericana de Guantánamo diciendo que es un «acto horrible» que «afecta los sentimientos de todos los musulmanes».
En Egipto los Hermanos Musulmanes expresaron este viernes «su enorme cólera» y exigieron excusas públicas a Washington.
En Irak muchos imames protestaron durante la plegaria de este viernes.
Sólo dos países musulmanes reaccionaron oficialmente hasta ahora.
Arabia Saudita, aliada de Washington, pidió una «rápida» investigación y que se tomen «medidas disuasivas» si se confirman los hechos.
Por su parte, Libia denunció «una actuación irresponsable e inmoral», opinando que hechos como éste alientan y alimentan el terrorismo.
Los Hermanos Musulmanes en Siria (proscrita) dieron a conocer un comunicado, que recibió la AFP, en el que lanzan un anatema contra «las fuerzas del mal que quieren imponerle al mundo la ley de la fuerza».
Según informaciones de la revista Newsweek, los interrogadores en Guantánamo pusieron ejemplares del Corán en los baños de la base para irritar a los prisioneros musulmanes.
Hace un año la cadena de televisión qatarí Al-Yazira difundió una entrevista con un ex prisionero de Guantánamo, el marroquí Mohammed Mazzuz, que afirmaba que los ejemplares del Corán eran tirados a los retretes.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, había dicho el jueves que la falta de respeto al libro sagrado del Islam es «abominable» y prometió castigo para los ofensores, en un intento por detener la furia de la comunidad musulmana.
El Pentágono aseguró que los primeros resultados de una investigación interna no permitieron confirmar los hechos por los que se acusa a los soldados norteamericanos.
El líder del Comando Sur de Estados Unidos, el general Bantz Craddock, ha estado en Guantánamo desde hace dos días «investigando en este asunto para ver si hubo algún momento en que el Corán no fue respetado», afirmó el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto.
En la base de Guantánamo hay un centro de detención para personas arrestadas por las fuerzas estadounidenses, principalmente en Afganistán, en el marco de la «guerra contra el terrorismo» decretada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001.
