MÉXICO (EFE).- Un día sugiere que le gustaría ser presidenta, otro que tal vez, al siguiente que lo pensará, y a veces contradice al presidente de México. Los devaneos políticos de la primera dama, Marta Sahagún, traen de cabeza al país.

La primera dama concita odios y amores, sectores de la población la elogian y la tienen en alza en las encuestas de popularidad, pero políticos y periodistas critican ferozmente su ambición política.

«Creo que hoy es un buen momento para dejar en claro de una vez por todas que no buscaré la Presidencia», declaró en agosto de 2003 la primera dama atajando versiones de que se lanzaría «a la grande».

Esta declaración supuso el fin de los rumores, pero al mismo tiempo abrió una serie de contradictorios y crípticos mensajes que inquietaron a otros «suspirantes» a la silla presidencial, particularmente de su partido, Acción Nacional (PAN).

Así, en otra ocasión, al ser preguntada sobre si iba a ser candidata, respondió con un enigmático «veremos, veremos».

En este juego de frases, la primera dama ha dicho: «Que nadie dude tampoco que varias mujeres han puesto la mira en esa posición (la Presidencia) y que están trabajando en silencio y de manera cautelosa para lograrlo. No sabemos quién es, qué edad tiene, dónde trabaja ni cuál es su origen».

Después se ha puesto en la fila de los posibles candidatos con declaraciones como esta: «Cuando me tenga que definir lo haré también con absoluta claridad y diciendo las cosas por su nombre: sí por esta razón, o no, por esta razón».

En enero de este año agregó una frase que aportó más confusión: «Desde ahora lo digo, tendrán Marta para un buen rato».

En el colmo de la contradicción, el 14 de marzo de este año su esposo, el presidente Vicente Fox, dijo que al terminar su mandato, en 2006, ambos tienen «grandes planes», como «ir al rancho San Cristóbal a disfrutar de la familia», por lo que dio por sentado que el proyecto político de la pareja concluirá en esa fecha.

«Así que seguramente no la vamos a ver a ella corriendo para presidenta de México», aseguró Fox ante la Sociedad Interamericana de Prensa.

Pero al día siguiente, en el mismo foro, Marta Sahagún corrigió a su esposo. «De manera respetuosa y honesta yo digo: mi decisión es no decir por ahora, porque no tengo decisión tomada», afirmó.

El episodio más reciente ocurrió ayer martes en el viaje presidencial a Brasil, emprendido por Fox en medio de una turbulencia mediática por la sorpresiva renuncia de su secretario particular, Alfonso Durazo, quien en su carta de dimisión aseguró que el mandatario apoya los deseos de su esposa de ser presidenta.

Fox respondió a ello con una frase similar a la que dijera en marzo de este año en cuanto a que terminado su mandato ambos se irán a su rancho a escribir, montar a caballo y disfrutar de la familia.

Pero en otra declaración, ayer mismo, Fox volvió a dejar la puerta entreabierta cuando los periodistas le sugirieron que si no sería conveniente que la primera dama expresara claramente que no desea ser candidata presidencial.

El presidente dijo: «Respetemos su derecho. Que ella lo diga cuando quiera».