WASHINGTON (AFP) – La industria azucarera estadounidense y los demócratas anunciaron este viernes su voluntad de redoblar esfuerzos contra el CAFTA, un día después de que el presidente George W. Bush lo enviara al Congreso para su ratificación en un plazo de 90 días de sesión.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aseguró que casi todos los legisladores de su partido se iban a oponer al defectuoso acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR).
No entiendo por qué seguimos aprobando este tipo de acuerdos, dijo. Son malos para Estados Unidos y para los otros países firmantes, aseguró.
Reid rechazó asimismo uno de los principales argumentos de Bush, que aseguró la víspera que el tratado iba a frenar la emigración de centroamericanos hacia Estados Unidos. Desde la firma del tratado de libre comercio América del Norte (TLCAN), la emigración mexicana aumentó fuertemente, recordó.
El responsable demócrata se atrevió a apostar por que los republicanos ya sometan a voto el acuerdo la próxima semana en la Cámara Alta, porque piensan que tienen más votos en el Senado que en la Cámara de Representantes, donde les faltan 13 votos, según un recuento del Consejo de Asuntos Hemisféricos.
Por su parte, la industria azucarera ya anunció que iba a intensificar sus esfuerzos de cabildeo. Nuestra industria va a redoblar esfuerzos para derrotar el CAFTA, aseguró a la AFP Phillip Hayes, portavoz de la Alianza Azucarera Estadounidense (ASA).
Nos estamos preparando para un intenso trabajo en el Congreso para instar a todos sus miembros a votar ‘no’ a esta ley que va a enviar a los productores de azúcar a hacer fila con los desempleados, añadió el vocero, quien no precisó si contaba con suficiente apoyo para impedir la aprobación del acuerdo.
No existe una bola de cristal cuando se trata de política, dijo. De lo que sí estoy seguro es que vamos a redoblar nuestros esfuerzos (…) y que vamos a meter toda la carne en el asador para derrotar el CAFTA, añadió.
El que sí salió en defensa del acuerdo fue el secretario estadounidense de Comercio, Carlos Gutiérrez, que no dudó en criticar la actitud de la industria azucarera.
Creemos que sería fundamentalmente injusto retener un acuerdo que es bueno para la agricultura, las manufacturas, los servicios, las pequeñas empresas, porque una industria tiene una preocupación que no creemos que esté fundada, afirmó.
No creemos que la cantidad de azúcar contenida en este acuerdo vaya a tener influencia en la industria azucarera. Estamos hablando de cantidades tan pequeñas que no va a impactar a la industria, declaró.
Esas declaraciones dejaron en evidencia el problema que plantea el azúcar para la aprobación del CAFTA.
La pasada semana, el Comité de Finanzas del Senado dio el visto bueno al acuerdo por el estrecho margen de 11 votos contra 9 y con la condición de que el gobierno de Bush aceptara la propuesta del senador Craig Thomas (republicano, Wyoming) de reunirse con representantes del sector azucarero.
Según la ley de Autoridad de Promoción Comercial -conocida anteriormente como fast track (vía rápida)- concedida en 2002 a Bush por el Congreso, los legisladores pueden aprobar o rechazar el acuerdo comercial, pero no modificarlo.
Los parlamentos de El Salvador, Guatemala y Honduras ratificaron el tratado, mientras que los de Estados Unidos, Costa Rica, República Dominicana y Nicaragua no lo han hecho aún.