Siguen ataques en Irak; general EU admite inseguridad

Siguen ataques en Irak; general EU admite inseguridad

BAGDAD (AFP).- Los ataques se multiplicaban este viernes en Irak a sólo dos semanas de las elecciones previstas para fin de mes, y un general estadounidense en Bagdad admitió que sus tropas no podían garantizar la seguridad en la capital.

Los insurgentes hicieron estallar una bomba este viernes en un centro de votación en Sharqat, una localidad con una fuerte presencia rebelde ubicada al norte de Bagdad, informó el teniente coronel de la Policía iraquí, Farris Mehdi.

En el momento del estallido, el segundo en dos meses, el centro electoral estaba desierto.

Sharqat, ubicado 300 kilómetros al norte de Bagdad en la provincia de Salahuddin, está en el corazón de la región de mayoría sunita.

Además, un civil, un policía y dos soldados iraquíes murieron en incidentes separados en el norte de Bagdad.

En la ciudad norteña de Mosul, un coche bomba explotó el viernes, cuando una caravana estadounidense avanzaba por el distrito central de Al Muthanna, informó un testigo.

No hubo confirmación inmediata sobre el hecho de las fuerzas armadas estadounidenses en Mosul, uno de los puntos donde los militares anticipan que los insurgentes iraquíes intentarán con más fuerza hacer fracasar el proceso electoral.

Cinco peshmerga (combatientes kurdos) murieron y tres resultaron heridos en dos ataques en Mosul el jueves, informó un funcionario del Partido Democrático del Kurdistán Massud Barzani, una de las dos principales facciones kurdas.

Otra bomba apuntó contra la mayoría chiíta del país a última hora del jueves, y dejó siete muertos, incluyendo cuatro policías, e hirió a otros 38, en las afueras de la mezquita chiíta en Khan Bani Said, al norte de Bagdad.

Esa misma noche hombres armados atacaron y mataron a otro miembro de la comisión electoral iraquí, al oeste de Bagdad, informó un funcionario del ministerio del Interior este viernes.

Es el octavo funcionario electoral asesinado en la antesala de los comicios previstos para el 30 de enero.

También las tropas estadounidenses sufrieron bajas, con dos infantes de marina muertos el jueves, en la provincia occidental de Al Anbar. Sus fallecimientos elevan la cifra de militares norteamericanos muertos en Irak a 1.355, desde que comenzó la invasión de Irak en marzo de 2003.

Mientras tanto, las autoridades y comandantes estadounidenses en Bagdad se preparan para aún más violencia el día de las elecciones, anticipando bombas, tiroteos, disparos de mortero y misiles.

«Hay lugares peligrosos. Hay otros lugares que se ven muy bien», dijo este viernes el brigadier general Jeffrey Hammond, subcomandante de las tropas estadounidenses en la capital a los periodistas.

«El factor intimidatorio prevalece probablemente más en algunos lugares que otros», agregó, advirtiendo que no existía garantía alguna de que los planes de seguridad para el día de los comicios sean inviolables.

También en la embajada estadounidense en Irak las autoridades manifiestan preocupación. Un funcionario estadounidense dijo a la AFP que algunas secciones del oeste y norte de Bagdad, incluyendo el distrito sunita de Adhamiya probablemente tendrán escasa participación por la amenaza de los insurgentes de represalias contra los votantes.

En algunos de esos distritos ni siquiera se han entregado los formularios de registro a los ciudadanos, agregó el diplomático.

Este viernes, un grupo islamista en Irak reivindicó el asesinato de un allegado al líder chiíta Gran Ayatolá Ali al Sistani, el hijo de este y cuatro guardaespaldas ocurrido el miércoles de noche.

Un comunicado cuya autenticidad no pudo ser verificada, firmado por el grupo Ansar Al Islam-Bridada de Saad bin Abi Waqas, advirtió que el ataque era «solamente el primero y no será el último».

Sistani, líder espiritual de la mayoría chiíta iraquí, no es candidato, pero emergió como una figura clave luego de haber bendecido a la favorita Alianza Unificada Iraquí de partidos políticos y religiosos.

Otro líder chiíta, el radical Moqtada Sadr urgió al presidente estadounidense George W. Bush y a los vecinos de Irak a no interferir con los comicios del 30 de enero.

El saliente secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, enfatizó nuevamente que considera vital que todos los grupos participen en los comicios para que estos sean un éxito.

«Creo que los sunitas quieren una oportunidad para expresarse respecto a como desean ser gobernados», dijo a la radio pública estadounidense PBS.

Powell expresó confianza en que suficientes sunitas voten, como para saber «qué es lo que quieren hacer» y sugirió que, de lo contrario, ello representaría un revés para la transición hacia el autogobierno iraquí.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas