DAMASCO. AFP.  Mortíferos combates oponían ayer a rebeldes y soldados en Homs, centro de Siria, y relanzaban el ciclo de la violencia en la «capital de la revolución», mientras Moscú advertía de que el conflicto que dura cerca de dos años «va para largo.  

Al mismo tiempo, un responsable de la ONU afirmaba, al término de una visita de cuatro días a Siria que «no hay solución humanitaria» para el conflicto en el país, aunque el organismo internacional hará todo lo que pueda para ayudar a los sirios necesitados.  

Homs, punta de lanza de la contestación desde el principio del alzamiento en marzo de 2011, es un centro neurálgico en la linea de demarcación entre régimen y rebeldes, que controlan ahora amplias zonas del este y norte del país.   Recuperada en gran parte por el Ejército, solo algunos barrios de Homs, asediados desde hace meses y vacíos de habitantes, siguen en manos rebeldes. La ciudad es bombardeada sin respiro, pero hasta ahora nos e habían producido combates.  

Desde hace tres días, el oeste de Homs se ha vuelto corazón de los enfrentamientos, según los militantes sobre el terreno, sobre todo Omar Chakir, contactado por teléfono por la AFP, que señaló un importante despliegue militar.   «El oeste de Homs es estratégico porque bordea la autopista de Damasco a la costa. Es la clave del acceso a la capital, del comercio y las armas que llegan a Siria por el Mediterráneo», explicó a la AFP Rami Abdel.