MEXICO (AFP).- Los fuertes dispositivos de seguridad en el aeropuerto de la capital mexicana continuaban este sábado, reforzados con la presencia del FBI ante el temor de un ataque terrorista a Estados Unidos, mientras que legisladores exigían respuestas claras sobre la cancelación de vuelos el 31 de diciembre y el 1 de enero.

Luego de que Estados Unidos elevara en diciembre su nivel de alerta de seguridad a «naranja» (muy elevado), y tras la puesta en marcha del plan de contingencia 3 en México, para la seguridad de operaciones aéreas, dos vuelos de Aeroméxico con destino a Los Angeles fueron cancelados.

Según las autoridades, los vuelos fueron cancelados tras intercambio de información de inteligencia entre los gobiernos de ambos países, aunque senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centro-izquierda) y del oficial Acción Nacional (PAN) exigieron el viernes al gobierno de Vicente Fox informar con claridad sobre las causas que motivaron la medida.

En el aeropuerto de Ciudad de México, alrededor de un centenar de personal de la agencia de seguridad aérea estadounidense (TSA por sus siglas en inglés), verifica ‘in situ’ los chequeos que los inspectores de las líneas nacionales hacen a los pasajeros, mientras que miembros de la Policía Federal Preventiva (PFP) controlan el equipaje.

Algunos vuelos mexicanos hacia Estados Unidos cuentan con personal a bordo de la Dirección de Operaciones Especiales de la PFP.

La prensa ha revelado estas informaciones en la última semana, levantando las críticas de diversos sectores en México, que miran con recelo las actividades del gobierno estadounidense en territorio mexicano.

La última información, publicada por el diario Reforma este sábado, da cuenta de la presencia de tres integrantes del departamento de análisis de información de FBI y tres más del Servicio de Migración y Naturalización (SIN) de Estados Unidos durante las revisiones en el aeropuerto de la capital mexicana.

Los representantes del FBI «no son agentes, sino personal de análisis de información», explicó Miguel Angel de la Torre, director general de Apoyo Técnico de Operaciones Especiales de la PFP.

Una diputada del Revolucionario Institucional (PRI, centro-derecha), señaló que están dispuestos a pedir la comparecencia parlamentaria del secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero, para que dé explicaciones sobre las exigencias de seguridad estadounidenses.

Hasta el momento, la secretaría de Transportes sólo ha precisado que «tomó la decisión de coordinar esfuerzos con el Gobierno de los Estados Unidos a efecto de que ésta sinergia logre la detección de potenciales riesgos».

En un comunicado el viernes, la dependencia reconoció la presencia de elementos armados en las líneas nacionales y las afectaciones a algunos vuelos como consecuencia de las medidas de seguridad, mismas que continuarán «hasta nuevo aviso».

La ausencia de explicaciones de fondo del gobierno ha dado lugar a perspicaces comentarios de la prensa.

«Si México ha cumplido los términos dictados por las autoridades estadounidenses, entonces se debe aclarar por qué de todas maneras se suspendieron dos vuelos ante circunstancias fácilmente corregibles. ¿Qué objeto tiene cooperar, si el resultado va a representar suspensiones costosísimas tanto para las líneas aéreas como para los viajeros?», señala El Universal en su editorial.

Sólo la cancelación de los dos vuelos le costó a Aeroméxico 150.000 dólares, informó un funcionario de la línea.

Al menos una docena de vuelos procedentes de la capital con destino a Los Angeles están programados para este sábado. Hasta el momento no se ha informado ningún retraso, pero con el antecedente del viernes, día en el que uno de ellos salió hasta con tres horas de retraso, los pasajeros han manifestado su fuerte molestia ante las exhaustivas revisiones y la impuntualidad de sus partidas.