Por MARIO MÉNDEZ
En la República Dominicana hay quienes  han estado haciendo importaciones de bromuro metílico, uno de los pesticidas más peligrosos que se conocen y cuyo uso ha sido descontinuado en  Estados Unidos y muchos otros países,   se informó.

La Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos incluye a este pesticida en la categoría de las sustancias más tóxicas.

En California, que era uno de los Estados donde se utiliza el pesticida en plantaciones de fresas, llegaron a reportarse muchos casos de muertes y  de centenares de intoxicados como resultado de su uso.

Pero fue el devastador efecto del bromuro metílico en la capa de ozono lo que llevó a 166 naciones a firmar en 1987 el Protocolo de Montreal, una de las mayores victorias medioambientales de la historia. El pacto obliga a todos sus signatarios a eliminar por completo el uso del bromuro metílico para 2005, excepto en casos extraordinarios, aunque luego se hicieron algunas excepciones.

Sin embargo, se informó que en el país hay quienes siguen utilizando ese pesticida,  pese a que para el 95% de los usos hay alternativas menos dañinas.

Se explicó que as empresas internacionales que producen este pesticida hicieron un negocio redondo y ante las restricciones impuestas para su utilización, buscarían como opción introducirlo en países como la República Dominicana, donde no faltarían quienes, en busca de reducir costo porque el pesticida lo podrían adquirir a bajos precios, darían poca importancia a sus desvastadores efectos sobre la salud humana y la capa de ozono.

Estudios han confirmado que el bromuro metílico no sólo afecta la salud de los trabajadores que lo aplican, sino que además constituye uno de los mayores devoradores de la capa de ozono, la cual nos protege contra los destructores rayos ultravioleta del sol.

Este pesticida es un gas inodoro e incoloro que al inyectarse en la tierra antes de ser cultivada, la esteriliza, matándolo todo, bueno y malo, según se explicó.

 Las pruebas médicas indican que entre los efectos que causa este gas  en los humanos están: dolores de cabeza, mareos, náusea, vómitos, visión borrosa -y en su fase mortal- convulsiones, psicosis y la muerte.

El  contacto periódico con este pesticida  puede causar daños devastadores a largo plazo a las personas que tienen contacto directo con el producto.