Silié agradece solidaridad de sus amigos

Silié agradece solidaridad de sus amigos

El embajador dominicano en Haití, Rubén Silié, agradeció a todas las personas que se preocuparon por él durante los momentos más difíciles del terremoto que devastó Puerto Príncipe, Haití, el 12 de enero.

 En una misiva enviada a sus relacionados, agradece la colaboración del pueblo dominicano con sus vecinos haitianos, a quienes ayudaron a enfrentar tan difícil situación.

A continuación el texto íntegro de la carta: “Hoy hace un mes de la horrible desgracia que sacudió al pueblo haitiano y es ahora cuando me siento por primera vez a responder los correos de todos ustedes, pero al hacerlo me doy cuenta de que todos mis amigos y amigas, mostraron su preocupación por los graves acontecimientos provocados por esta hecatombe sísmica,  de lo cual me siento muy orgulloso. Pero también me siento muy contento y hasta me vanaglorio al ver la preocupación mostrada por ustedes respecto a la suerte de mi persona y de mi familia. O sea, que cuento con el aprecio de vosotros. Por ello, ante todo, permítanme darles las gracias más sentidas.

Sus sentimientos solidarios, expresados apenas unas horas después del evento, me sirvieron de fuerte motivación para hacer frente a la dura y novedosa realidad a la cual nos enfrentamos a partir del día 12 de enero. Como dije al amigo Juan Bolívar Díaz,  aquello era una escena dantesca, pues no creo que el sufrimiento infernal sea algo peor a lo que nuestros ojos vieron.

 A aquellos rostros no les cabía más expresividad: cuánto tormento, cuánto horror, cuánto dolor, cuánta desolación, cuánto desamparo. No intentaré describirles nada porque no creo tener la fuerza o el ánimo para revivir aquellas espeluznantes situaciones.

Frente a todo eso, lo que nos impulsaba a actuar como lo hicimos fueron los ejemplos de solidaridad humana entre los haitianos y haitianas,  quienes aun deambulando sin saber quizás sobre el paradero de algunos familiares desaparecidos, se detenían sin miramientos a darle una mano amigo al prójimo sin parar mientes en situaciones o consecuencias personales.

Aquella oleada humana se movía en medio de esa inmensa nube blanca levantada por la caída de los edificios, a veces con  la mitad del cuerpo empolvado y la otra sangrando, pero con la sola preocupación de dar la mano, de ayudar. Era un gesto de heroísmo tras otro.

Esa noche, que no pudo ser más oscura, pues creo que hasta las estrellas dejaron de brillar, se impuso un solo lamento producido por las oraciones, gritos y sollozos de una población que se aferró fuertemente a su diverso sistema de creencias para responder al inmenso dolor que había iniciado horas antes.

Desde entonces, el pueblo haitiano no ha hecho más que luchar para mantenerse de pie. Y todo eso, en medio de las grandes precariedades que les impone la pobreza, pero siempre,  poniendo en alto la dignidad que les caracteriza. Aquí nadie se amilanó, nadie se dio de baja, todos se sintieron útiles para ayudar al más necesitado.

Al cumplirse un mes de ese telúrico holocausto, el pueblo se ha vestido de negro y blanco y se ha concentrado en las iglesias o centros de damnificados para, a pesar de todo, dar gracias a Dios por haberles perdonado la vida y pidiendo que ampare a los que nos dejaron aquella tarde y días siguientes.

Al reiterarles las gracias, me permito pedirles que no dejen de pensar en Haití y trabajemos todos para que aun cuando deje de ser noticia de primera plana, la maquinaria internacional no abandone a esos héroes de la desgracia”.

Las claves

1.  Las víctimas

Cientos de haitianos que resultaron heridos durante el terremoto recibieron atenciones en hospitales de la República Dominicana.

2.  La solidaridad

La comunidad internacional se ha volcado en ayudas para el vecino país, ante la imposibilidad de su Gobierno de enfrentar solo tan terrible tragedia.

3.  Los muertos

Más de 200,000 personas fallecieron en Puerto Príncipe.

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