Silogismo de 3 premisas y 2 conclusiones para   relanzar turismo en  Ciudad Colonial

Silogismo de 3 premisas y 2 conclusiones para   relanzar turismo en  Ciudad Colonial

1ra. Premisa

Con beneplácito turístico se ha anunciado la pronta terminación ,»cosa de pocos meses», de la autovía del Este, llamada también Autopista del Coral.

Quienes dieron la noticia vaticinaron además que por la moderna carretera  viajarán  todos los días a Santo Domingo y a su Ciudad Colonial alrededor de diez mil turistas.

2da. Premisa

En estos mismos días de julio, pero de hace exactamente 20 años,  en ocasión de conmemorarse los 500 de la llegada de los europeos al continente  americano, se anunciaba la visita de miles de turistas que vendrían a ver la «ciudad de los colones».

En aquella ocasión, aunque con algunas fallas, la Ciudad Colonial  estaba  preparada para el evento y aquellos miles de turistas. Muchos de sus monumentos se encontraban recién restaurados. Otros, con años de haberlo sido, presentaban relucientes fachadas recién pulidas. Un programa de pintura de casas había sido aplicado y muchas de éstas asomaban a sus balcones interesantes colores azul celeste, rosado, verde, de tonalidad pastel y siempre combinados con blanco colonial, así como grandes  ventanas y puertas  blancas y rojas. Un buen número de  las calzadas había sido reconstruido con bloquecillos de cemento grueso color rojo. Gracias a la aplicación de un plan patrocinado por un instituto de cooperación español, de dos de sus principales calles: Las Damas y Eugenio María de Hostos, desaparecieron esos hilos de alambres negros,  sucios y enmarañados conocidos como tendido eléctrico, y de las paredes de sus casas brotaban lámparas de diseño antiguo que de noche proyectaban una brillante luz amarilla . Algunas  calles de la Ciudad de Ovando estrenaban  adoquines,  mientras  la céntrica El Conde ostentaba orgullosamente cunetas y tendido eléctrico soterrados, vistosas farolas de la época colonial, un nuevo pavimento de mosaicos y el tremendo privilegio de ser peatonal.

3ra. Premisa

Con motivo  de la III Cumbre Prensa & Turismo, Santo Domingo, 2012, su patrocinadora, la Asociación Dominicana de Prensa Turística, ADOMPRETUR, me invitó a hablar de Turismo en la Ciudad Colonial.  Tras aceptar el convite me puse los zapatos de los cientos de miles de turistas que vienen por ahí,  y  fui a dar un paseo por  la vieja ciudad con la intención de encontrar lo que ellos van a encontrar,  ver lo que ellos van a ver,  oler lo que ellos van a oler,  oír lo que ellos van a oír,  tocar lo que ellos van a tocar,  sentir lo que ellos van a sentir,  pensar lo que ellos van a pensar, y tras encontrar, ver, oír, oler, tocar y sentir, me puse a pensar y  llegué a la siguiente,  triste y penosa… 

Conclusión I

¡ Ay de nuestra Ciudad Colonial ! También esta vez  perderá  el tren,  que tampoco le servirá de plataforma de lanzamiento para volver a su esplendor de antaño y despegar definitivamente como destino turístico mundial, lo cual le corresponde, dada su titularidad de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Pobre Ciudad Colonial, en ruinas hoy,  que por ser mantenida como un caótico y mugroso  espacio urbano seguirá siendo visitada por apenas un ínfimo porcentaje  de los turistas que eligen el país como destino, quienes en su gran mayoría prefieren quedarse tendidos al sol en las playas del este, del norte y del noreste disfrutando también de los numerosos entretenimientos que durante el día y la noche  les brindan los hoteles todo incluido.  (Un  embarazoso parangón es que el 90 % de los turistas que viajan a Cuba visitan a La Habana, y lo mismo ocurre con San Juan, en Puerto Rico).   

Cuando los primeros diez mil turistas que lleguen en sus confortables y grandes autobuses vean  que éstos  se quedan atascados en sus estrechas calles, o no puedan doblar las esquinas, espacios que fueron diseñadas para coches de caballos y que ahora están ocupados (de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. todos los días)  por automóviles estacionados en ambos  lados de la vía; cuando vean que estos gigantes no encuentre dónde estacionarse; cuando logren bajar  y para llegar a la puerta del Monasterio de San Francisco, a la de la iglesia de Santa Bárbara, a la mismísima Catedral, a la calle La Negreta ( por donde entró el primer (y muchos más después) cargamento de esclavos africanos al nuevo continente,  a la casa del Colegio de Gorjón (primera Universidad de América),  o a dar un paseo por la calle de El Conde, y antes  tengan que chapotear entre montones de basura maloliente y sortear hoyos en las calles y aceras rotas; cuando vean que un 50 por ciento de las edificaciones de la ciudad están en ruinas, algunas cayéndose;  cuando sientan necesidad de realizar alguna necesidad fisiológica y tengan que pasar la vergüenza de tener que pedirle el favor al dueño de algún negocio y, una vez concedido,  entrar al sanitario que va a encontrar; cuando no encuentren un lugar ni un banco donde sentarse, un bar donde beber un refrigerio,  un restaurant donde comer;  cuando…

Francamente hablando, sucederá que muchos de los visitantes de ese primer cargamento, no querrán volver jamás. Y, lo que es peor, que al regresar a sus hoteles, lo harán convertidos en la peor de las propagandas adversas que pueda hacerse de  nuestra Ciudad Colonial, que, de paso, arrastrará consigo  a toda la ciudad de Santo Domingo.

Los estrategas del turismo mundial y local han descubierto que los turistas actuales  elijen sus destinos por las informaciones y datos que encuentran fundamentalmente en dos fuentes: la Internet y el » boca a boca».

Como es fácil deducir, en la última modalidad, la Ciudad Colonial de Santo Domingo pierde  de calle.

¿Qué hacer para que la Ciudad Colonial de Santo Domingo sea un destino turístico,  agradable,  amigable,  deseable, atractivo y permanente ?

He aquí algunas ideas:

Restaurar y reconstruir  sus calles,  plazas, parques, monumentos, casas civiles.  ( Estamos hablando de adoquinado, jardinería, pintura, servicio eléctrico y alumbrado público soterrados, planificación con criterios turísticos de la recogida de la basura,  servicio de energía eléctrica y agua potable 24 horas diarias, construir sanitarios -en plazas y parques- bajo tierra.  (Particularmente,  la restauración de las casas podría empezar por un programa de edificación de fachadas, y luego pasar al interior…)

Conversión de la Ciudad en Peatonal  (área  intramuros) mediante un programa gradual que empiece por los fines de semana en horario de sábados desde  las 2:00 p.m. hasta los domingos a  las 12:00 p.m.

Aplicar en ese período un programa de Ciudad Evento, con participación de los vecinos residentes.

Construir 3 paqueos subterráneos: 1- debajo del Cementerio de la Av. Independencia (que se extienda hasta el parque del mismo nombre), 2- debajo de la fortaleza Ozama (con entrada en la zona sureste ) que llegue hasta la Plaza de España, 3-debajo de la av. Mella y Santa Bárbara.

Construcción de un túnel debajo del Ozama, que conecte el Paseo Presidente. Billini con la Av. de los Reyes de España (proyecto existente ya) y eliminación del puente flotante de la av. Francisco Alberto Caamaño.

Rehabilitación del Puerto Don Diego, en la margen occidental de la ría Ozama.

Extender la plaza  Juan Barón hasta la plaza de Fray Antón de Montesinos, incluida .

Apertura de la Fortaleza Ozama al Este mediante la eliminación de la muralla de cemento  que da al  río.

Convertir la avenida Francisco Alberto Caamaño  en un gran paseo y malecón peatonal  y deportivo.

 Asignar a Santo Domingo Colonial  la categoría de Municipio.

Conclusión II

«Andan» por ahí unos 30 millones de dólares donados por el BID a la Ciudad Colonial para su desarrollo turístico. Son casi mil millones de pesos que podrían constituir el aporte inicial de un gran fondo, con participación del sector privado,  para financiar la realización de estos y otros proyectos.

*Felifrán Ayuso  es autor y editor de una guía de la Ciudad Colonial, en Español, Inglés y Francés. También es Asesor de Turismo Cultural de la Asociación Dominicana de Prensa Turística, ADOMPRETUR.

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