Símbolos que identifican
antiguas casas coloniales

Símbolos que identifican <BR>antiguas casas coloniales

POR SEGUNDO ANTONIO VASQUEZ
Al recorrer la zona intramuros de Santo Domingo, es posible descubrir en las estructuras frontales de algunas residencias coloniales símbolos que hablan de su razón de ser. La Casa de Ovando, situada en la calle Las Damas, próximo al muro de la Fortaleza Ozama, posee una gran extensión, debido a que es una de las tres primeras edificaciones que componían la Gran Casa de Ovando.

Es una importante obra arquitectónica de principios del siglo XVIII, convertida actualmente en un hostal. Sólida unidad estructural y estética, cuya imponente fachada de piedra tallada presenta un precioso portal construido al estilo gótico-isabelino, considerado por los arquitectos una joya de interés para el mundo. Esta es la única edificación en América construida de esa manera.

En la parte superior presenta un labrado en roca de sillería, cuyos adornos son molduras curvadas, que partiendo de ambos lados culminan formando un vértice. Abarcando el espacio central hay otra decoración de un ondulado que también se repite en el remate.

Su alto lo bordea una doble moldura del mismo material rocoso, que partiendo de los laterales suben verticalmente y doblando vuelve y se elevan rectas para abrirse y también horizontalmente unirse arriba.

La cima tiene una ventana empedrada, cuya marco lo corona un triple arco, el cual debajo tiene otra moldura saliente.

También, en el lateral izquierdo, aparece otra portada de piedra con marco rectangular sin ornamentar, rematada por una moldura horizontal. Más arriba, hay otra ventana que está formada con un arco menor sin adornos. Además, en el lateral derecho aparece otro pórtico cuyo marco forma un arco menor, el cual tiene unos gruesos bloques amplios de rocas talladas. En su alto hay otra ventana enmarcada igual que la anterior.

CASA DE BASTIDA

Situada en la acera este de la misma vía, está la Casa de Bastidas, edificación que ocupa tres mil metros cuadrados al estar unida a la parte exterior de la pared de la Fortaleza Ozama. Sus muros presentan el aspecto característico de las primeras residencias construidas en la ciudad colonial.

En esta morada hubo dos épocas estructurales diferentes, debido a que se pueden apreciar detalles del siglo XVII incorporados a otros del siglo XVI.

El portón es de estilo neoclásico, con un arco menor y paredes enladrilladas, pero en ambos lados hay dos columnas dóricas de piedras talladas, cuyas bases rectangulares tienen salientes que encierran un hueco decorado. Columnas donde en la parte superior hay una moldura saliente que no es recta, en cuyas esquinas se aprecia una cúspide piramidal de piedra.

Asimismo, de ambos lados se eleva otra moldura saliente que forman un triángulo con dobles rebordes, el cual no forma el vértice debido a que éstas doblan para dejar el espacio que lo corona la imagen en piedra de Santa Bárbara, debido a que en el siglo XVII esta casa estaba convertida en un cuartel de milicias.

En cambio, éste abarca lo que queda del escudo de los Bastidas, destruido por los haitianos que nos invadieron en el año 1830. Además, su entrada tiene en cada uno de los laterales un cañón enterrado, en cuyo inicio se aprecia una gruesa cadena enganchada que está unida a la pared, lo cual no se observa en ninguna otra vivienda de intramuros.

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