En una pequeña casa de zinc oxidado, con el suelo de tierra y apenas unos cuantos ajuares deteriorados, sobrevive el señor Rafael Aquino, junto a sus cinco hijos, en el sector Simón Bolívar, a orillas del contaminado río Ozama, en el Distrito Nacional, provincia Santo Domingo.
Desde allí, este padre de familia clama con desesperación a las autoridades por ayuda, pues, según relata, el hedor insoportable y la amenaza constante de la crecida del afluente convierten cada día en una agonía más difícil de soportar.
«Vamos a ver si por favor pueden sacarnos de aquí abajo, estamos cogiendo demasiada lucha. Yo estoy viviendo aquí desde el ciclón David, ya nosotros estamos cansados, cuando crece el río tapa a todas esas casas, ya nosotros no hallamos cómo vivir», expresó Aquino ante periodistas de Hoy Digital durante la serie especial «Hoy en tu barrio».
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Asimismo, con evidente impotencia, narra que durante las lluvias él y algunos de sus vecinos se ven obligados a dormir a la intemperie cuidando los ajuares, y que en algunas ocasiones los organismos de socorro los trasladan al club comunitario de la calle La Trinitaria, en el mismo Simón Bolívar. Sin embargo, una vez que el río baja, todos regresan a sus casas para limpiarlas, luchando con los estragos ocasionados.
«Nosotros amanecemos en la calle, cuidando la camita, los trastes. Pero nosotros estamos cansados», pronunció Rafael.



El hombre explica que, debido a una intervención quirúrgica en la parte posterior del cuello, no puede trabajar y, con desesperación, extiende su súplica a quien pueda ofrecerle ayuda.
«Yo estoy operado del cuello, yo no puedo mortificarme la vida, no puedo trabajar, no puedo hacer nada… Si pueden sacarnos, que nos saquen. Si pueden ayudarnos con algo, o un solarcito o algo. Todo el mundo lo que quiere es salir de aquí abajo, porque aquí lo que hay es demasiado bajo», dijo.


Criadero de mosquitos y enfermedades en el Simón Bolívar
Por su parte, Olaria Rodríguez, otra de las habitantes del Simón Bolívar, agrega que el río Ozama también actúa como un criadero de mosquitos en la barriada, lo que trae consigo múltiples enfermedades.
«Por aquí hay mucho mosquito, eso no se aguanta. (El mal olor) eso está matando a uno. Por rato uno no puede respirar, porque se le va como el aire«, aseguró la señora, mientras clamaba por socorro.


«Ese río bota un hedor demasiado malo, ahí hay mucho mosquito, de todo. Los muchachitos siempre paran enfermos, porque ese río bota un bajo, que es lo último», añadió Maldaleno Luso, quien reside en ese sector.

Entretanto, Juan Manuel Tejada denunció que personas desconocidas vierten materia fecal en el afluente, contaminándolo aún más.
«Alguien dijo que tiran materia fecal en el río, no sé dónde. Pero esto es un bajo que sale aquí, e inunda todo. Este río está negrito, que antes no era así, negro, negro, y eso es un mal olor del caray», declaró Tejada, miembro de la Junta de Vecinos de la calle La Trinitaria, en el sector Simón Bolívar.


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