Washington.– La campeona olímpica Simone Biles obligó este miércoles a Estados Unidos a cuestionar el sistema que permitió a Larry Nassar usar su posición como médico del equipo nacional de gimnasia para abusar sexualmente de ella y de cientos de jóvenes deportistas.
Con la voz resquebrajada por la emoción, Biles sacó fuerza para pedir responsabilidades a la Federación de Gimnasia (USA Gymnastics), al Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense y al FBI por haber permitido que Nassar siguiera abusando de las gimnastas pese a que ya había denuncias en su contra.
“Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo”, afirmó Biles ante el Comité Judicial del Senado.
La campeona olímpica también acusó al FBI de haber “dado la espalda” a las gimnastas al haber respondido de manera inadecuada y lenta a las primeras acusaciones de abuso sexual contra Nassar, lo que le permitió seguir perpetuando sus abusos durante meses.
Para Biles, “un sistema entero permitió y perpetró” esos abusos contra ella y cientos de jóvenes, que por su edad ni siquiera sabían que Nassar estaba abusando de ellas.
“No quiero que ningún otro joven deportista olímpico o ningún otro individuo sufra el horror que yo y que otros cientos han soportado y continúan soportando hasta hoy”, manifestó la gimnasta, quien rompió a llorar ante decenas de legisladores que la observaban en silencio.
Biles estuvo acompañada de otras tres gimnastas que sufrieron los abusos del exmédico del equipo nacional y que se dieron ánimos cogiéndose de la mano o intercambiando miradas de apoyo.
Miedo. Una de ellas, McKayla Maroney, quien empezó a sufrir los abusos con 13 años, narró un incidente que sufrió en 2015 en una habitación de hotel en Tokio y en el que llegó a temer por su vida.
“Esa noche estaba desnuda, completamente sola, con él encima abusando de mí durante horas. Le dije al FBI que pensaba que iba a morir esa noche, porque él no me iba a dejar ir. Pero lo hizo”, narró Maroney.
Leyendo su testimonio desde su teléfono, con voz firme y visiblemente indignada, Maroney dijo que Nassar incluso la agredió en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 antes de que ganara una medalla de oro.
Los abusos de Nassar eran continuos y tuvieron consecuencias para la carrera de gimnastas como Maggie Nichols, quien fue la primera deportista en activo en denunciar los abusos a la Federación de Gimnasia estadounidense y quien después no volvió a ser seleccionada para el equipo olímpico.
“Para cientos de supervivientes de Larry Nassar, esta audiencia es nuestra última oportunidad de conseguir justicia”, dijo Nichols.
Aly Raisman, por su parte, relató el impacto que los abusos han tenido en la vida de las deportistas. Ella, narró, pasó de entrenar al máximo nivel durante siete horas al día a tener que sentarse en la ducha para poder lavarse el pelo porque no tenía suficiente energía para estar de pie.
La negligencia del FBI. El objetivo principal de la audiencia del Senado en la que comparecieron las deportistas es aclarar por qué la oficina del FBI en Indianápolis -donde tiene la sede la Federación de Gimnasia- respondió de manera inadecuada a las denuncias contra Nassar.
Un informe interno del Departamento de Justicia reveló en julio pasado graves errores dentro del FBI que hicieron que la investigación se quedara estancada durante meses. Horas antes de la audiencia de hoy, medios locales informaron que el FBI había despedido al agente Michael Langeman, uno de los encargados de supervisar la investigación sobre Nassar y quien mintió al Departamento de Justicia durante la investigación interna.
Esa investigación reveló que, en 2015, mientras las gimnastas denunciaban los abusos, el jefe de la oficina del FBI en Indianápolis Jay Abbott, ahora jubilado, estaba en conversaciones con el entonces presidente de la federación de gimnasia Steve Penny sobre un trabajo en el Comité Olímpico, algo que finalmente no sucedió.
El director del FBI, Christopher Wray, también compareció este miércoles ante el comité del Senado y pidió disculpas a las supervivientes de los abusos.
“Quiero ser muy claro- las acciones y las inacciones de los empleados del FBI fueron totalmente inaceptables”, afirmó Wray, quien sin embargo no anunció acciones contra los agentes.
Larry Nassar, quien abusó de más de 330 jóvenes, cumple una condena de entre 40 y 175 años sumada a otra de 60 años por pornografía infantil, una cadena perpetua de facto.
Recibió sus condenas entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, en unos juicios que coincidieron con el estallido del movimiento #MeToo.