POR DELIA BLANCO
El 2008 se dedicará en Francia a recordar y a celebrar los 100 años del nacimiento de la mujer intelectual más famosa del siglo XX.
Estamos hablando de Simone de Beauvoir, filosofa universitaria y ensayista comprometida con las mujeres del mundo, con la democracia y con la paz. Durante todo este año las diversas universidades y centros intelectuales internacionales van a celebrar a una pensadora contemporánea que no temió tomar la calzada para defender sus ideas.
Este centenario va a poner en relieve la figura, la peculiaridad y las características de esta mujer libre independiente y sagaz.
Celebrar y recurrir a esta gran intelectual es honrar el terreno tomado por las mujeres después de la segunda guerra mundial; el espacio del pensamiento y el espacio de la inteligencia. Es volver a la obra de una mujer filósofa e intelectual, y plantear el significado en el siglo XX, pero también en el siglo XXI.
A partir de los años 50, Simone de Beauvoir, marcó su presencia en todas las causas nobles que iban definiendo la complejidad y los obstáculos frente a la construcción de la democracia contemporánea. A Simone de Beauvoir no le interesaba la libertad en términos de competencia o de competitividad con el género masculino, es la libertad en sí, como valor esencial y como valor absoluto, como valor abierto, que hizo de la vida de esta mujer un auténtico camino y una profunda huella en la búsqueda libertaria. Hoy día, nos sentimos muy orgullosas de ver todas estas reglas matemáticas y aritméticas de la paridad frente al poder compartido, del uno por uno, o el dos por dos en el reparto de los cargos, de los ministerios, en la distribución de los roles. El concepto de la igualdad de géneros en la obra de la Beauvoir va mucho más lejos, no se trata de un pensamiento de paridad, se trata de un pensamiento independiente y exclusivo.
No se trata de reconocer a la mujer como igual al hombre, se trata de celebrar sus características propias, en la pluralidad de la participación y el derecho de la diferencia.
La mujer es un elemento esencial por sus diferencias de criterios con el hombre, y es justamente esta diferencia que contribuye a la diversidad y genera dentro de la convivencia de géneros una nueva dinámica política y social. Han asociado demasiado la vida y obra de Simone de Beauvoir con la vida y obra de Jean Paul Sastre.
El pensamiento beauvarista no se nutre de la relación dual Sartre-Beauvoir, está exclusivamente en el pensamiento de Beauvoir frente a la sociedad de su época, así como también a la sociedad de hoy y del siglo XXI.
Por mucho que hayan intentado asociarla al segundo rango de Jean-Paul Sartre, ha sido mucho más que eso, ha sido un ingrediente fundamental, exclusivo y solidario a la gran idea filosófica del existencialismo. Con ella, se rompe la idea de la musa pasiva y generadora de seducción y pasión en los círculos cultos de los grupos filosóficos y literarios de aquellos años.
Era indiscutiblemente bella, con un cutis natural, sin la mínima traza de maquillaje y cuando hablaba y se apasionaba, inmediatamente surgía una chispa de luz en sus ojos y una arruga en las sienes que marcaban sus complicidades con el propósito.
En términos universales y en términos mediáticos, si consideramos que una obra se valora y se mide por lo que implica en cambios y revoluciones dentro de una sociedad, podemos asegurar hoy que El Segundo Sexo Le Deuxiéme Sexe- es para las mujeres del mundo la obra que ha profundizado con mayores matices y amplitud la condición y el planteamiento de la mujer en la evolución del tiempo.
No se trata únicamente de medir el valor de esta obra El Segundo Sexo en relación al género mujer; su valor va más lejos, porque en términos de lecturas, traducciones, razonamientos y cuestionamientos, esta obra magistral ha tocado la reflexión y la critica mundial influenciando sociedades enteras y marcando su pensamiento. Fue publicada en 1949, logrando cambiar radicalmente la condición femenina, pero sobre todo, logra transformar el mundo y las mentalidades. Consideramos que Simone de Beauvoir ha sido influyente en todas las generaciones femeninas que desde la post-guerra hasta el presente han marcado las diferentes etapas y vías de la emancipación de la mujer en el mundo.
Si El ser y la nada y La crítica de la razón dialéctica de Jean-Paul Sartre, han tenido grandes éxitos en el campo de la inteligencia, revolucionaria, filosófica de avanzada; la obra El Segundo Sexo ha tocado universalmente y a través de todas las clases sociales: la mujer. Este ensayo fue inicialmente rechazado, criticado al punto de muchas veces tratar de enlodarlo, sin embargo, en pocos años se convirtió en una auténtica bandera de libertad, que ha sido levantada y alzada como una bandera generadora de un nuevo pensamiento filosófico, porque tenía el valor realmente, en ese momento de dar las luces suficientes bajo el ángulo social, político, mítico y literario de analizar la dominación de la mujer por el hombre, y de captar esa imagen que los roles han atribuido a mujeres y que han podido refrenar su desarrollo. El Segundo Sexo, es auténticamente un libro culto, es una guía de la civilización. No ha servido únicamente para la toma de conciencia de las mujeres, ha sido y es todavía un documento fundamental en el campo del psicoanálisis, de la sociología, de la biología, de la sexología. Es un estudio que conduce realmente a reflexiones filosóficas tan profundas que permiten ir mucho más allá de la filosofía, es decir, que ha tenido segundos efectos que han sido más importantes o que traspasan su intención primaria. Es una obra de información solidaria para todas las mujeres del universo.
Por encima de su temperamento reservado y discreto, Simone de Beauvoir, llevó una vida totalmente abierta con la sociedad, sin máscaras, sin hipocresía. Ampliamente solidaria tomó partido por las grandes causas de su época, condenando la violencia contra las mujeres perseguidas en Grecia y en España, en los países árabes, y en cualquier punto del mundo donde una mujer o un ser humano estuviera en peligro.
Entre los años 70, y hasta las vísperas de su muerte apoyó y garantizó con su firma y movilización la lucha por el respeto de los derechos de la mujer. Su acción en Francia fue fundamental en la defensa de Ángela Davis, líder afro-americana, hasta lograr que el Senado Francés demandara el Senado Americano para la liberación de la líder de los derechos humanos.
En los últimos coletazos del franquismo, condujo manifestaciones masivas por los grandes bulevares de París, reclamando la liberación de los demócratas españoles encarcelados. Para ella, las causas justas no tenían nacionalidad ni bandera. Su fuerza se nutría de una elegante discreción y dominio de sus ideas.
Tuvo el genio de interesar y de a traer el poder mediático hacia ella sin poses ni divisimos. Entre los años 70-80, circuló por el Barrio Latino de París, con la aristocracia de quien vive en coherencia con sus ideas. Nos hablaba con naturalidad a ritmo entrecortado siendo su mayor refinamiento ese tono con el que nos trataba de vous, es decir de usted A nosotras soy miembro de la generación del 68- que con 20 años aprendíamos los pasos de la libertad y recién saboreamos el orgullo de ser mujer!
Concluimos dedicando lo expresado a mi generación, y a todas las mujeres que han encontrado una vía de crecimiento y de identidad personal a través de la vida y obra de Simone de Beauvoir. Aprovechamos para motivarlas a que organicen coloquios y lecturas sobre la escritora y filosofa. En particular, donde resido actualmente, en Santo Domingo, aspiro a coadyuvar en la organización de los mismos, y hago un llamado especial a las filosofas y cientistas sociales, como Lusitania Martínez, quien junto a otras compañeras han traspasado a las nuevas generaciones la pasión por esta gran intelectual contemporánea.