Sin acción no hay compromiso

Sin acción no hay compromiso

Nunca nos bañamos dos veces en el mismo rio. Una de las cosas maravillosas de los movimientos del Espíritu es que son siempre nuevos. En Constelaciones Familiares, ningún trabajo es igual a otro. Desde el punto de vista de la fenomenología, aun cuando un fenómeno se muestre nuevamente, las circunstancias, el tiempo y las personas que participan lo harán diferente.

Hace unos días, le solicité a una clienta que me escribiera sus metas. Ella me contestó que no necesitaba hacerlo porque las tenía muy claras. ¿Has dicho estoalguna vez? la verdad es que el nivel de energía para nuestros propósitos aumenta considerablemente cuando nos comprometemos por escrito. Al pedirle que escribiera sus metas, recibo una gran cantidad de información acerca del nivel de compromiso que ella presenta, frente a aquello que decía querer.

Cuando deseamos algo desdeel corazón, la vida nos lanza en la dirección de lo que soñamos. Cuando estamos conectados con el corazón tenemos pasión, pero es preciso tener compromiso, pues la pasión sin compromiso es peligrosa. El compromiso empieza en la acción. Un compromiso sin acción es un compromiso inútil. Muchas personas requieren tener “consciencia” antes de comprometerse con algo. Otras, necesitan “sentir” que el compromiso es real para ellos.

Con muchísima frecuencia, en la consulta veo como alguien apasionado, inspirado y bien intencionado no logra comprometerse. También, pretender ser responsables y estar preparados o convencidos, pueden ser excusas mentales que nos obsequiemos para no comprometernos. La persona que escribe sus metas, deseos, necesidades, agradecimientos o sueños por escrito está “haciendo algo”.

Pensarlo o llevarlo en el corazónno es suficiente. La vida está llena de gente que no tiene lo que dice que quiere. La principal resistencia es la inacción. Tener el poder de hacer las cosas no es lo que determina que se hagan. Se requiere tener la fuerza para hacerlo y en la realidad que vivimos la fuerza se traduce en acciones. Algunos conocedores del mundo de los caballos dicen que en el Derby de Kentucky, el ganador se queda sin oxígeno después del primer kilómetro, y el resto de la distancia la corre con el corazón.

El corazón no puede hacer su parte ¡si el cuerpo no hace la suya! Muchas veces he querido llamar a alguien que quiero, lo pienso varias veces en el día, mi corazón se emociona al pensar en ese encuentro telefónico, y sin embargo, muchísimas veces no hago la llamada aunque auténticamente he deseado llamar. Cualquier persona que haya estado enamorada sabe lo inútil que resulta que el ser amado nos diga “pensé (o quise) llamarte”, después que hemos pasado por la angustia, el desvelo y la desesperación de no tener noticias suyas. En ese momento quisiéramos gritarle: entonces, ¿por qué no lo hiciste?

La medida real del compromiso es la acción. Arthur Gordon dijo: “Nada es más fácil que hablar palabras. Nada es más difícil que vivirlas día tras día”. En uno de sus libros, Jhon Maxwell hace una anécdota sobre las palabras de un juez en su discurso de aceptación. La comparto:

Tras haber ganado una elección para un cargo en un condado, dijo: “Quiero dar las gracias a las 424 personas que prometieron votar por mí. Quiero dar las gracias a las 316 personas que dijeron que votaron por mí. Quiero dar las gracias a las 47 personas que vinieron el pasado jueves a votar, y quiero agradecer a las 27 que votaron por mí realmente”.

En relación al compromiso, se describen cuatro tipos de personas:

  1. Los que no tienen objetivos y no se comprometen.
  2. Los que no saben si pueden alcanzar sus objetivos, por lo que tienen miedo de comprometerse.
  3. Los que empiezan a caminar hacia un objetivo, sin embargo se rinden cuando la situación se pone difícil.
  4. Los que se fijan metas, se comprometen con ellas y pagan el precio por lograrlas.

Una evaluación rápida para conocer nuestro lugar en relación al compromiso es responder las preguntas:

  • ¿Estoy en el camino hacia mi sueño?
  • ¿Estoy haciendo  todo lo que sé que puedo?
  • ¿La gente cree en mí?
  • ¿Tengo poder de influencia entre la gente que me conoce, siguen mis propuestas fácilmente?

Si la respuesta a alguna de estas preguntas es no, posiblemente debas mejorar tu nivel de compromiso.

Escribir nuestras metas en un cuaderno especial, en un documento personal o en un álbum de sueños, es una tarea sencilla y sin embargo es un paso extraordinario en el campo cuántico.El grado de éxitoen el logro de una meta, es directamente proporcional al grado de compromisoque contraemos con ella. Al ponerla por escrito, fortalecemos el grado de compromiso con la meta, y aumentamos nuestras posibilidades de éxito. Así de simple es la fórmula para atraer nuestros sueños.

 

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