Sin asegurar suficiente pan para mayo… ni para enfrentar acreedores

Sin asegurar suficiente pan para mayo… ni para enfrentar acreedores

Con el renacer de la economía, con ingresos aduanales extraordinarios porque suben los consumos y las utilidades privadas, flujos de turistas que superan expectativas en mal momento para el mundo, inicios de infraestructuras que marcan arribo de capitales, y reinversiones, promesas de más obras y una mayor llegada de remesas (aunque también de distorsiones comerciales externas que encarecen innúmeros artículos) está creada una situación inseparable del lado riesgoso del endeudamiento público como pedestal de la dinamización.

Esto tiene encendidas las preocupaciones de autorizados analistas que ven al Estado llegando a extremos como gastador a pesar de lo exiguo de retornos de valores a sus arcas y les hace presumir que los «éxitos» oficiales serían vulnerables como castillo de naipes o por que se camina con pies de barro y que habría que guardarse los júbilos hasta ver si a mediano plazo tendrían razón aquellas voces que vaticinan una oleada de cobradores rodeando al Estado por todas partes, como isla que llena su contabilidad de cuentas por pagar mientras aprieta el paso de realizaciones que preservan imagen e incluyen la prudente y responsablemente asumida decisión de incurrir en súper compras de vacunas venciendo dificultades para disponer de reservas en nombre de la salud y la vida de ciudadanos.

Con medidas anticíclicas como combustible para el motor de la producción pero sin el respaldo de recaudaciones mayores (fuera de aranceles) para sustentar proyectos y que deberían lograrse gravando fortunas y patrimonios privados beneficiarios de la enormidad del gasto corriente, auxilios sociales y estímulos fiscales y financieros que han hecho rodar dinero.

El futuro está ensombrecido por la tenacidad que caracteriza a sectores de altos y medianos ingresos renuentes a pagar un céntimo más al Fisco, que pende sobre ellos como espada de Damocles en vísperas de indefectibles reformas.

Si al habitual aferramiento de sectores de rentas altas dispuestos a seguir intocables se suma la impopularidad de impuestos indirectos entre gente de ingresos medios y bajos, y una débil disciplina presupuestaria, parecen dadas las condiciones para mayores conflictos e insatisfacciones sociales en poco tiempo.

Las reservas internacionales han crecido; y las deudas ni se diga

Un Gobierno al que no preocupan las opiniones de los pesimistas

¿Castillo de naipes o pies de barro? ¿Por dónde andaría el asunto?

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