Sin créditos no habrá producción agro suficiente para consumo y exportación

Sin créditos no habrá producción agro suficiente para consumo y exportación

El problema fundamental del financiamiento está en si se quiere o no apoyar al sector agropecuario, para lo cual ha faltado la voluntad política de las autoridades que no han entregado los RD$500 millones prometidos para apoyar  el seguro agrícola que garantizaría los créditos a los productores.

 El préstamo es una de las mayores necesidades y preocupación de los agricultores, que al no tenerlo  limita el desarrollo sostenido de sus actividades.  El gobierno debe tener un plan de desarrollo agropecuario para definir todas las variables y que toque como eje fundamental el crédito.

Las autoridades de diferentes organismos han estado haciendo esfuerzos este año por mejorar el otorgamiento de financiamiento a la producción agropecuaria, como la reducción de las tasas de interés por parte del Banco Central y la disponibilidad de recursos en el Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción (BNV) para financiar el agro.

La propia banca múltiple dice estar consciente de la problemática por la que atraviesa el sector agropecuario y  estar dispuesta a  ayudar con el financiamiento, “siempre que los solicitantes cumplan con las normas y regulaciones exigidas por la Superintendencia de Bancos y el Banco Central”.

El tema del financiamiento fue tratado en la Mesa Diálogo Crédito  Agropecuario, organizada por la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) por economistas, banqueros y productores agrícolas. Entre ellos, figuran los economistas Miguel Ceara Hatton, Frank Tejada, Isidoro Santana, Fernando Alvarez Bogaert, Fernando Durán  y Rolando Reyes, así como Paíno Abreu, administrador del Banco Agrícola, y Raymundo Garrido, gerente de Negocios del BNV.

Además Yulisa Montilla, del área técnica de la Asociación de Bancos (ABA); José Ramón Peralta, ex presidente de la JAD; Osmar Benítez, vicepresidente ejecutivo de esa entidad y los agroempresarios Juan Barceló y Félix Alberto Rojas. 

 Según Peralta hace falta un plan nacional de desarrollo agropecuario y políticas de financiamiento para preservar los mercados, ampliarlos y conquistar otros.

Como el Banco Agrícola no dispone de recursos suficientes para financiar a los productores agropecuarios, su administrador plantea   la creación de un banco de segundo piso, para atender principalmente a los pequeños y medianos. Lo primero es comer, por lo que hay que sustentar a los sectores productivos de alimentos, que no todos están desarrollados. Hay detrás una pequeña agricultura, microempresarios, que no llegan al sistema financiero y necesitan respaldo económico.

  Abreu explica que en el Banco Agrícola se reinicia un proceso de reestructuración y se sabe que esa institución tiene que crear un sistema que resuelva y respalde la entrada a los mercados y competir. Considera que tiene que haber un seguro agropecuario que abarque todos los cultivos y que el Estado tiene que apoyar, porque ese tipo de seguro es caro. También debe haber apoyo de garantías complementarias, lo que no quiere decir que el Estado garantice los créditos del campo, y hay que incorporar un fondo de contingencia que es necesario para respaldar el sistema financiero.  El subsector agrícola es menor el pecuario, afirma Ceara Hatton, que agrega que el 70% de la población rural no trabaja en agricultura hoy. Sostiene que dadas las condiciones vividas en el país, las normas prudenciales no se deben flexibilizar. Ha habido experiencias lamentables aquí, el sector empresarial no se ha ganado la confianza para que se flexibilicen las normas y q     ue puedan provocar situaciones indeseables. El BNV ha iniciado un proceso de financiamiento al sector productivo, particularmente a la agropecuaria. Comenzó un programa para el sector con RD$2,000 millones a una tasa de 17%, de acuerdo al gerente de Negocios de esa entidad bancaria, cuyas  autoridades tienen la intención de convertirla en un banco de segundo piso. Además consiguió US$50 millones para prestarlo a los sectores de exportación (invernaderos), asegura Garrido. El BNV está dispuesto a buscar  más dinero en dólares para prestarlos en dólares a tasas relativamente bajas para sectores que generan divisas, como banano, invernaderos y otros.

 Para competir de cara a los tratados comerciales, en el país hay que crear infraestructuras para préstamos a largo plazo, explica Tejada, y asegura que la banca privada no puede prestar con la estructura actual. El Banco Agrícola no se ajusta al reglamento y tiene q     ue dedicarse a los pequeños agricultores y crear cooperativas y la agrocadena comercial (banco-agricultor-comercio), para que acompañe a cada préstamo. De las 244,000 fincas que hay en el país, según el último censo agropecuario , el 72% son agrícolas y el 28% ganaderas. De las agrícolas, el 85% son pequeñas,  el 12% medianas y el 3% grandes. De las ganaderas, el 70% son pequeñas, el 25% medianas y el 5% grandes.

El economista Santana dice que el problema es complejo y de solución difícil. Llevamos década en el país tratando de encontrar solución a la falta de crédito para las actividades agropecuarias. El crédito al sector hay que mirarlo bajo dos perspectivas: la del negocio privado y la de responsabilidad del Estado. Señala que el banco privado tiene que colocar sus recursos considerando aspectos como la rentabilidad y seguridad, su primera preocupación debe ser sus depositantes. La rentabilidad de la agropecuaria está asociada a mil problemas, como el subsidio de los países desarrollados, la política cambiaria aplicada en el país y otras muchas cosas. Quizás habrá nichos de mercados con los tratados comerciales, como los vegetales y frutas tropicales, con cierta rentabilidad, y se podrían buscar formas de producción que limiten riesgos para hacer atractivo al crédito privado, como los invernaderos.

  Recuerda además que los bancos del sistema financiero del país tienen depositados en el Banco Central unos RD$21,000 millones sin usar y el crédito bancario ha estado bajando en todas las actividades. Muchas veces se le atribuye a las normas bancarias, pero éstas no han sido concebidas pensando en sectores productivos, sino en los depositantes.   En el sector agropecuario ha  faltado voluntad política  en los últimos 25 años, según Alvarez Bogaert, que agrega que  vale más perder en el campo y generar 200 mil empleos.

En tanto, Reyes  cree que  se debe definir una nueva política agrícola, que no es poner normas especiales para el sector, tampoco obligar a la banca privada a prestar. Tampoco puede ser apoyo al sector basado en mecanismos de subsidios y proteccionismo excesivo. 

Yulisa Montilla señala que   la aplicación de tasas preferenciales está compuesta por los 12 bancos comerciales del país y las decisiones se toman en consenso de los bancos, por lo que la adopción de esa medida será objeto de discusión de la Junta Directiva de la ABA.  Estuvo de acuerdo con Reyes, en la necesidad de crear mecanismos de apoyo para que la banca privada pueda financiar recursos, como la creación de garantías, ya que el problema no es sólo de financiamiento, sino también de adopción de medidas. 

El financiamiento no es un problema liquidez, sino de estructura de funcionamiento del sector agropecuario, afirma Fernando Durán. Recuerda que en el 2006, la banca múltiple prestó a la agropecuaria RD$7,019.3 millones, en el 2007 RD$5,305.1 millones y el año pasado RD$3,836 millones. El problema de disponibilidad de recursos no es sólo de liquidez, sino de confianza, riesgo, estructura y de voluntad política. La rentabilidad tiene que ver con tecnología y sistema de apoyo a la agricultura, poco desarrollo gerencial del empresariado agrícola.

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