Sin darlo todo por perdido

Sin darlo todo por perdido

No debía recibirse con sorpresa la negación del Partido Revolucionario Moderno a dar su firma a un pacto o consenso sobre el sector energético. Una mirada a lo anterior del proceso negociador reafirma que sus criterios para una posible solución a los costosos males del sistema no han sufrido cambios. A esta altura del propósito de trazar rumbo a la generación de electricidad lo verdaderamente inusitado fue (y así se apreció prontamente) la convocatoria a firma inmediata, tras meses de silencio y en ausencia todavía de una aprobación sin excepciones porque no debería quedar fuera ninguna visión, sea de origen técnico, empresarial, político o de sociedad civil, sobre los problemas.
El interés por suscribir el documento final fue disminuido por el componente oficial del diálogo que desde su directo control de casi todo lo que tiene que ver con la energía, generó la impresión de que el asunto iba para largo, quizás para después de las elecciones, mientras se concentraba en desarrollar el importante pero controversial proyecto de Punta Catalina cuyo primer encendido de prueba ¡oh casualidad! tendría lugar hoy. Si las coincidencias entre las demás representaciones del país superan la disidencia, lo logrado obliga a emprender algún esfuerzo adicional en busca de la más amplia adhesión para generar confianza en una ciudadanía tantas veces ilusionada con promesas y plazos de solución.

Dañinos gases  a domicilio

La quema de desperdicios en el área del perjudicial vertedero de Duquesa continuaba hasta ayer sin que ninguna autoridad reaccionara con alarma por lo que esto causa en muchos sectores.Desechos sometidos a incineración están generando gases perjudiciales para la respiración en el Gran Santo Domingo, extendiéndose a considerable distancia de los focos en llama, como si los ciudadanos no tuvieran quién los proteja de una contaminación intolerable.

Proliferan fogatas encendidas para liberar de revestimiento distintos objetos de los que se extraen metales. El país parece estar lejos de contar con rutinarios análisis del contenido del aire que en otros lugares del mundo se aplican para alertar sobre las degradaciones y toxicidad que podrían llegar a los pulmones de la gente. Los daños ambientales merecen plena atención.

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