Sin el pan debajo del brazo

Sin el pan debajo del brazo

La República Dominicana da la espalda a temas importantes cuando no interesa abordarlos. Este es el caso con los embarazos de adolescentes.

De vez en cuando se escuchan preocupaciones de corte moralista, pero se destierra la acción. Los problemas persisten.

Hace 100 años, muchas mujeres procreaban hijos antes de los 20 años y no era un problema social. La mayoría de la gente vivía en el campo, no asistía a la escuela, se dedicaba a la agricultura, vivía en familias extendidas, y moría relativamente joven. Procrear a temprana edad era funcional porque los hijos desde pequeños ayudaban en las labores agrícolas y del hogar.

Según el decir popular, cada hijo venía con el pan debajo del brazo. El costo de la crianza era bajo y la retribución económica familiar era grande. Los niños pasaban a la adultez sin el intermedio de la adolescencia, una etapa del desarrollo creada por la modernidad para expandir la escolaridad.

A partir de mediados del siglo XX, se produjo un cambio radical en la estructura social y el estilo de vida en muchos países. La gente emigró masivamente del campo a la ciudad, se desarrolló la tecnología y la industria, la educación formal se hizo necesaria para acceder a mejores posiciones laborales, y posteriormente, las mujeres se integraron a diversas actividades remuneradas.

Para fines del siglo XX, un porcentaje considerable de las mujeres tenía acceso a la educación y al mercado laboral, aunque en condiciones de desigualdad con respecto a los hombres.

En países como República Dominicana, la pobreza masiva ha persistido a pesar de las transformaciones socio-económicas. Muchas mujeres han mejorado su estándar de vida, pero las desigualdades económicas y las limitaciones culturales siguen incidiendo de manera negativa en ellas.

Uno de los factores que retarda o impide la movilidad social de las mujeres es el embarazo de adolescentes.

Quedar embarazada a temprana edad es un factor de riesgo en la sociedad actual porque aumenta la probabilidad de que se abandone la escuela, y en el caso dominicano es peor, porque pueden ser expulsadas de las escuelas.

Los datos de investigaciones indican que el embarazo de adolescentes es mayor entre personas de menores recursos económicos, y el embarazo a temprana edad es a la vez un reproductor de pobreza. Sin buena ayuda familiar o gubernamental, las jóvenes embarazadas tienden a abandonar la educación, lo que genera pobreza inter-generacional e intra-generacional.

Los niños de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de vivir en la pobreza (pobreza inter-generacional), y las madres quedan muchas veces incapacitadas para obtener buenos empleos y mejores salarios (pobreza intra-generacional). Los padres abandonan con frecuencia las madres y los hijos, y el Estado ofrece escasos servicios de apoyo familiar.

Según el Informe de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010, la tasa de natalidad en las adolescentes de 15 a 19 años para el 2006 en toda  la región era 80 por 1000 mujeres, y para República Dominicana 98 por 1000.

Según la Encuesta de Demografía y Salud (ENDESA) 2007, la tasa de embarazo de adolescentes en República Dominicana ronda el 20%, y la menor escolaridad aumenta la tasa de esos embarazos.

Entre las jóvenes dominicanas sin escolaridad o con menos de cinco años de educación primaria, la tasa de embarazo sobrepasa 40%, mientras en el caso de las jóvenes con educación secundaria la tasa es 14.9%, y con educación superior es sólo 4.5%.

Estos datos muestran que la educación es crucial para evitar los embarazos de adolescentes. ¿Qué espera el país para invertir más en la educación?

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