La dirigente feminista Magaly Pineda planteó ayer la necesidad de que se incorpore a las discusiones de la Ley de Partidos Políticos el tema de una mayor participación de las mujeres en la dirección de instituciones del Estado.

Consideró que ese debe ser el principio de una auténtica democracia para que haya más acceso de las féminas a las estructuras de poder debido a que han sido marginadas y discriminadas históricamente por los hombres que tienen el poder del dinero.

Recordó que el 64% de los estudiantes universitarios son mujeres y que el 90% de los que se gradúan con honores son mujeres.

De manera que no es por incapacidad, ese argumento es de hace 30 años, las mujeres tienen capacidad, se hacen reconocimientos por su honradez, su presencia y participación, los partidos tienen que mirar esa realidad, tienen que quitarse los lentes porque el mundo no es solo de los hombres, dijo.

Pineda aspira a un incremento gradual de la participación de las féminas. No es que sea 50% de mujeres y 50% de hombres los que dirijan el Estado de una vez, sino que la Ley de Partidos Políticos en sus elementos constitutivos contemple una mayor participar de ese sector en la dirección del Estado.

Estimó que hasta ahora el Poder Ejecutivo permanece como un área sumamente masculinizada, con muchas dificultades para el acceso de la mujer.

Dijo, sin embargo, que en la administración pública las mujeres son el 62%, pero que son menores del 20% en los empleos que signifiquen puestos de dirección de importancia.

El ejemplo de la Ley de Cuotas. Para la luchadora por los derechos de la mujer haber logrado la representación de ese sector en el Congreso y los municipios fue una tarea ardua, pero que se ha cumplido en lo municipal, más no del todo en los congresual.

Explica que antes de la Ley de Cuotas la presencia de mujeres en el Congreso no superaba el 11% y ahora se ha llegado a un 20%, aunque de manera lenta.

El aspecto que más se cumple es el municipal, con un 30% de mujeres regidoras, por lo que el país tiene actualmente la tasa más alta en América Latina y quizás del mundo de mujeres en los espacios municipales, gracias a la Ley de Cuotas y al seguimiento de la Junta Central Electoral.

Aclara que no es esencialista, es decir, que por mujer el sector que representa sea más honesto en la administración de la cosa pública, porque cree que como hay hombres buenos, hay mujeres malas, hay hombres corrupción también mujeres.

Aseguró que si en vez de Leonel Fernández la presidenta fuera una mujer, en el país habría más escuelas, mayor cobertura de salud, más programas sociales, más programas para los envejecientes y menos obras físicas.

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Otra experiencia

Pineda apela a las experiencias de los países nórdicos como Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia, consideradas como las naciones modelo en educación, en distribución de ingresos, en igualdad y baja tasa de violencia, en los que, según dijo, las mujeres ocupan la mitad de los cargos públicos. Indicó que hace 60 años que en esas naciones las mujeres tienen mayor participación en la dirección de las instituciones.