¡Sin rentabilidad, no hay sostenibilidad!

¡Sin rentabilidad, no hay sostenibilidad!

Si el crecimiento de la economía mundial arrastra un incremento en pobreza, desigualdad, degradación de los recursos naturales, así como un aumento exponencial en la emisión de gases de efecto invernadero, es evidente que tal modelo de desarrollo económico es insostenible.

Somos habitantes del mundo durante un tiempo finito, pero se nos exige aspirar a un crecimiento económico infinito en un planeta de recursos finitos. Esta expectativa también es insostenible.

El Desarrollo Sostenible y la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) forman parte de la respuesta a este problema global. El primero como meta, el segundo como acción. Se trata de no solo aspirar a ganar más dinero, sino de transparentar el cómo se gana y de generar beneficios de bien común.

Cada peso ganado debe lograr un impacto social y ambiental positivo, y lograr esto es, no solo bueno y justo, sino también urgente, vital… y rentable.

Necesitamos guiar la creatividad e innovación humanas hacia modelos de negocios sostenibles, de triple impacto social, ambiental y económico. Hablemos de rentabilidad responsable, pues al final, el mismo presupuesto de RSC nace de los beneficios de la empresa, por lo que ser rentables es primero. Conozco presupuestos de Responsabilidad Social Corporativa que al final del año adornan el estado de resultados como un gasto.

Pero he guiado experiencias donde ese mismo presupuesto se invierte en iniciativas que no solo logran un positivo impacto social y ambiental, sino también económico. Le llamo: “Responsabilidad Social Sostenible”.

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