Sin rigor frente a inmigraciones

Sin rigor frente a inmigraciones

Recurriendo al instrumento del Registro Civil, el Estado dominicano ha puesto controversiales límites a la inscripción de niños hijos de padres extranjeros  “en tránsito” o ilegales, pero no ha logrado ni mínimamente reducir el ingreso permanente de indocumentados a través de la frontera.

Por el contrario, y como muestra, los polos turísticos del Este de la República se han convertido poblacionalmente en extensiones del vecino país. Las leyes que establecen requisitos para instalarse y trabajar en República Dominicana no son funcionales o no se aplican, típicas fallas de los Estados en los que no se impone el sentido de cumplimiento del deber en los aspectos importantes y de autoridades que descuidan  obligaciones elementales.

La falta de decisión en organismos de poder para el propósito de impedir la extranjerización de las plazas laborales -que tan efectivamente aplica Estados Unidos en beneficio de los trabajadores norteamericanos y residentes legales- ha propiciado el desplazamiento   de dominicanos al exterior desde el sector de la construcción, dándose impulso a  migraciones criollas hacia Norteamérica  Europa y Costa Rica. Con la desnacionalización de sectores de la economía, este país avanza hacia graves conflictos sociales y étnicos, con amenaza para  sus valores históricos.

Ruido en vez de más acción

En República Dominicana no suelen faltar los “golpes de efecto” ni las frases “cohete”, esas con las que funcionarios pretenden parecer ingeniosos y efectivos en el diagnóstico y atención a los problemas nacionales. Las noticias de “redadas” y repatriaciones  se suceden aunque se sabe que el cien por ciento de los haitianos deportados regresa casi de inmediato a sus mismos quehaceres, incluyendo mendigar.

Otra inconsistencia que el Poder trata de cubrir con efectismos  es el de la detección de subalternos de cuerpos importantes de seguridad en los aeropuertos y controles de entrada  que incurren en macuteo, extorsión y complicidades. El hecho de que esas correcciones a posteriori no cesan denuncia falta sistemática de rigor en el reclutamiento, entrenamiento y supervisión de personal. Los operativos, como las golondrinas solitarias, no hacen  verano.

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