Nueva York — Aparte de mantener a flote a los Mets de Nueva York en la Serie Mundial, Noah Syndergaard protagonizó algo inusitado para un pitcher que ha realizado un lanzamiento ceñido: dijo la pura verdad.
Ante Alcides Escobar, el primer bate de los Reales de Kansas City que casi por inercia le hace swing al primer ofrecimiento del pitcher rival, Syndergaard decidió saludarle con una recta de 97 millas por hora a la esquina de adentro del plato.
El pitcheo pasó zumbando cerca de la cabeza de Escobar, tan arriba que ni apareció en las gráficas de localización de la zona de strike.
El bateador venezolano acabó en el piso, estirando las piernas con una mirada de asombro. Fue evidente que Syndergaard tomó nota de lo acaecido en el primer juego el martes, cuando Escobar puso en marcha la ofensiva de los Reales con el primer jonrón dentro del terreno para abrir un partido de la Serie Mundial desde 1903.
Syndergaard pudo haber recurrido a la libreta de clichés y decir que fue un pitcheo que se le escapó demasiado adentro. Pero el derecho de 23 años no tuvo tapujo alguno cuando explicó su intención al hablar con la prensa tras la victoria 9-3 que acercó 2-1 a los Mets en la serie al mejor de siete juegos.
“Sentí que tenía que enviar un mensaje desde el arranque del partido, que ustedes no pueden internarse en la caja y pasarse de agresivos porque yo voy a lanzar ahí (adentro)”, dijo Syndergaard.
El pitcher cuya larga melena rubia y rectas de 100 mph le valieron ganarse el sobrenombre de Thor —el dios de la mitología nórdica que blande un martillo—, cumplió con lo que había adelantado. Dijo que tenía guardados “algunos trucos” para contrarrestar la agresividad de Escobar. “Mi intención con ese pitcheo fue que estuvieran incómodos, y creo que pude lograrlo”, explicó. “Creo que en todos los juegos de postemporada, Escobar le hizo swing a la recta en el primer pitcheo, y no creo que iba a poder hacerle swing a ese”.
A Escobar y los Reales no les causó gracia. “No me gustó nada”, dijo Escobar, quien recordó que Syndergaard había dado un aviso previo. “Pienso que si ese es el plan, es un plan estúpido, así mismo… si él quiere hacerlo que me la tire a los pies, donde quiera, pero no a la cabeza”. “Eso fue cobarde”, añadió el jardinero derecho de los Reales Alex Ríos. “Creo que todos en el equipo se enojaron.
El primer pitcheo que pasa por encima de nuestro primer bate”, señaló el tercera base Mike Moustakas, quien fue captado en las cámaras vociferando obscenidades hacia el pitcher. Syndergaard casi que bostezó al enterarse de las reacciones de los jugadores de los Reales y básicamente les invitó a pelear. “Mi intención no era darle un pelotazo. Lo único que buscaba era que no estuviera demasiado cómodo”, dijo el gigante de 2,01 metros (6,6 pies) de altura.
“Si tienen algún problemas con que yo lance adentro, que vengan a verme”. Lo curioso de todo es que los Reales tuvieron un par de oportunidades para desquitarse con Syndergaard, puesto que como pitcher en el estadio de la Liga Nacional le tocó tomar turnos al bate.
De hecho, le anotaron tres carreras en los primeros dos innings tras el pitcheo adentro, pero luego retiró a 12 bateadores en fila. Para añadir más sal a la herida, Syndergaard abrió el tercer episodio con un sencillo y anotó de inmediato tras un jonrón de Curtis Granderson ante Yordano Ventura. Aunque el primer pitcheo encendió el debate, el número 104 de Syndergaard fue tal vez el más importante.
Con las bases llenas y dos outs, el derecho logró que Alex Ríos bateara un rodado por el campocorto que puso fin a la amenaza. Pedro Martínez, el dominicano que este año fue exaltado al Salón de Fama tras una carrera en la que se ganó una reputación de no tener complejos en tirar adentro, se entusiasmó con que Syndergaard siguiera ese estilo.
“Es un cambio refrescante ver a un pitcher actual que responde como los viejos”, escribió Martínez en su cuenta de Twitter, y completó la oración colocando el apodo de Syndergaard con signos de exclamación.
Al día siguiente, el manager de los Mets Terry Collins defendió lanzar adentro y mencionó que los Reales han usado la misma táctica ante David Wright y Daniel Murphy, dos de sus principales toleteros.
“Es un arte que se ha perdido. Son muy pocos los que lo hacen con efectividad. Varios lo intentan. Pero con todos los cambios que se han dado en el juego, cada vez son menos (los bateadores) que se enojan, porque vas a perder el tiempo”, dijo Collins. “Pero creo que sigue siendo parte del juego”.