Sin trono ni lujos, el eterno candidato a rey de Portugal espera su ocasión

Sin trono ni lujos, el eterno candidato a rey de Portugal espera su ocasión

Sintra (Portugal).  El tiempo pasa y el Duque de Bragança, legítimo heredero al trono de Portugal, sigue disponible, a sus 69 años, ante una eventual oportunidad para ser rey en un país donde el modelo de Estado es una de las pocas cuestiones no sujetas a debate, ni siquiera en época de crisis.

Aunque insiste en que está dispuesto a reinar y en que, en un hipotético referéndum sobre monarquía o república, tendría serias opciones de ganar, está acostumbrado a llevar una vida que él mismo define como cómoda, pero alejada del lujo y la pompa propia del linaje real.

En una entrevista con EFE, Don Duarte Pío repasa su propia historia, la del rey que pudo ser y no fue, mientras en el país vecino, España, la monarquía sigue vigente y Felipe VI acaba de ascender al trono para suceder a su padre. Una responsabilidad “difícil”, asegura.

Tras aparcar el ve monovolumen que conduce, recibe en el salón de su finca, situada en el corazón de Sintra, a 30 kilómetros de Lisboa, y que cuenta con una villa grande y decadente acompañada de cuatro hectáreas de jardín, desde donde siguió atento la ceremonia de proclamación real en España por la televisión lusa, que la retransmitió en directo.

¿Envidia quizá?. “No, al contrario, creo que está en una posición muy difícil, perdió su libertad en gran parte, siempre tendrá que estar preocupado por su seguridad (…). Y llega en un momento en que la unidad de España está puesta en causa».

No obstante, pese a los inconvenientes inherentes al cargo, se declara dispuesto a seguir los mismos pasos “si así lo quieren los portugueses”, convencido de que la monarquía es el mejor sistema para evitar que Europa se convierta en una república federal en la que las naciones pierdan su razón de ser.

Rodeado de retratos de varios de sus antepasados y mientras el suelo de madera cruje bajo sus pies, el Duque de Bragança reconoce que el momento en que vio más cerca la posibilidad de erigirse en rey fue en 1974, con el fin del régimen dictatorial de António de Oliveira Salazar y la llegada de la democracia.

“Cuando comenzó la democracia podría haberse hecho un referéndum -sobre el modelo de Jefatura de Estado-”, rememora. Él, que era amigo de varios de los militares protagonistas de la Revolución de los Claveles por su pasado como piloto de la Fuerza Aérea, culpa a los comunistas y a la Unión Soviética de intentar imponer entonces una “dictadura marxista” e impedir el debate sobre la monarquía.

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