Sincerización

Sincerización

¿Cuál sería la tasa realista que deben cobrar los bancos a los usuarios de las tarjetas de crédito?

Por ejemplo, el presidente de la Asociación de Almacenistas Importadores (ASODAI), Domingo Espinal Collado, considera que es excesivamente alta la tasa de un 7% mensual (84% al año) que cobran algunos bancos a los tarjetahabientes.

Existe el criterio de que una reducción de las tasas por uso de tarjetas de crédito reduciría la evasión fiscal y aumentaría las ventas de los negocios.

Entre un 7% que cobran algunos bancos y un 4.5% que propone ASODAI hay un margen de 3.5% de diferencia en el que podría estar comprendido el punto de sincerización de los cargos por uso de las tarjetas.

Se estima que la tasa de cobro por este servicio debería ser determinado por la relación oferta-demanda, de manera que sean las fuerzas del mercado las que digan la última palabra en este sentido.

Sin embargo, hay quienes consideran que las tasas actuales sobrepasan los niveles que corresponderían a la interacción oferta/demanda de nuestro mercado, del tamaño y pujanza de la economía.

Esa percepción ha llevado a muchos a promover que el negocio de las tarjetas sea regulado mediante una ley sobre la cual ya ha habido propuestas formales.

De cualquier modo, interlocutores válidos abogan por un desmonte en los intereses por uso de las tarjetas, mientras los emisores callan y las autoridades, sin una legislación específica en las manos, están descalificadas para decidir sobre la materia.

Parece llegado el momento de establecer un punto de «sincerización» entre las tasas predominantes en la actualidad y las que corresponderían a la interacción entre la oferta y la demanda.

Múltiple reincidencia

En San Cristóbal se ha cometido un crimen que tipifica una múltiple reincidencia, por la cual todos deberíamos sentirnos perturbados.

Susana Rondón Ortiz, de 42 años, fue violada y muerta a cuchilladas por un hombre que hace algún tiempo violó a una haitiana, pero no fue sancionado. Es decir, ha reincidido gracias a que la Justicia no se tomó el trabajo de condenarlo por la primera violación.

A simple vista, se trata de un simple acto de reincidencia. Pero no es así.

El hecho de que un hombre reincida en el mismo tipo de crimen por no haber sido condenado obedece a una reincidencia del aparato judicial en la barbaridad de no sancionar faltas realmente graves.

Se han repetido mucho estos casos en que personas que debieron estar purgando penas lograron actuar en las calles contra la paz de la sociedad. Las críticas a la judicatura suelen provocar urticaria en ciertas epidermis, pero reincidencias como esta son realmente perturbadoras, pues atentan contra la seguridad de la sociedad.

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