Los sindicatos en Estados Unidos están ejerciendo presiones sobre los gobiernos municipales de las distintas urbes estadounidenses para que mejoren los salarios.
La semana pasada, Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, se sumaba al reducido club de localidades, como Seattle o San Francisco, que elevaba su salario mínimo a 15 dólares la hora.
Son decisiones que tardarán un par de años en entrar en vigor, pero que demuestran que las masivas protestas de muchos empleados en todo el país se hacen escuchar entre sus políticos más cercanos, mientras en Washington, el Capitolio mantiene el salario mínimo federal en 7,25 dólares. En momento en que la mayor economía del mundo gana impulso tras el azote de la Gran Recesión, la brecha social se postula como una de las cicatrices que pone de manifiesto el estancamiento de los salarios y el problema estructural de Estados Unidos a la hora de lidiar con su fuerza laboral menos cualificada.
Con los legisladores en la capital poniendo su mira a las elecciones presidenciales del año que viene, son los gobiernos locales y las propias compañías, como Aetna o Walmart, las que voluntariamente actúan, elevando los salarios mínimos de sus empleados.
The Economist opera el conocido como Índice Big Mac, la hamburguesa de referencia de McDonalds y su evolución con respecto a los precios en Estados Unidos con el resto del mundo. Según los cálculos realizados por The Guardian, una hora de trabajo con un salario mínimo en España es capaz de comprar 1,2 Big Macs. En Grecia o Portugal este mismo baremo consigue a un empleado 1,1 hamburguesas, mientras que en Luxemburgo serían 2,9 o en Alemania 2,3.
En Estados Unidos, los datos varían según el Estado y la ciudad, ya que los salarios mínimos son también diferentes. Según estimaciones de la firma consultora Digital Third Coast, utilizando un coste medio de 3,99 dólares por Big Mac, en algunos Estados como Wa- shington, un empleado que cobre el sueldo mínimo puede comprar 2,3 hamburguesas. En la ciudad de Seattle, dentro de dicho Estado, un individuo puede comprar hasta 3,76 Big Macs con su sueldo mínimo a la hora.
En gran parte del país, un ciudadano que gane el salario mínimo tan solo puede costear 1,82 hamburguesas por cada 60 minutos que permanezca en su puesto laboral. «Es posible beneficiarse de un incremento en el pago a los empleados. El aumento de salarios debe ser el camino a seguir por EEUU», dice Adam S.