Sindicatura de Roberto Salcedo

Sindicatura de Roberto Salcedo

La sindicatura del humorista Roberto Salcedo pasará a la historia como la del eficaz referente de parquecitos e isletas, como relumbrón de impacto a los incautos, paisajistas y fiebruses del ornato, y nada más.

En seis años de sindicatura de la ciudad de Santo Domingo, el síndico Salcedo no ha conseguido estructurar el relleno sanitario del vertedero de Duquesa, aunque es obligatorio reconocerle que el área bajo su responsabilidad está aseada siempre.

Duquesa, como Rafey en Santiago de los Caballeros, son focos contaminantes muy perniciosos para los habitantes de las dos principales ciudades del país y su relleno sanitario ha debido hacerse hace tiempo si las nóminas de las dos sindicaturas se redujesen y las auditorías de la llamada Cámara de Cuentas se practicaran.

El síndico Salcedo no ha logrado modificar las tapas del alcantarillado de metal a plástico, con un cerrojo para que no las roben, ni tampoco soldar rejillas en los registros de las aguas residuales, para que no se tapen de basura, ni tampoco eliminar los obstáculos para que desaparezcan dos centenares de lagos que se forman cuando cae una llovizna.

El bacheo de las calles sabemos que lo ejecuta la SEOPC, pero se percibe una tolerancia sospechosa entre el ADN y los ocupantes de espacios abiertos que colocan triciclos en dos mil esquinas, un 90% haitianos indocumentados.

El parquecito de la Bolita del Mundo, en las narices del ADN presenta una escena deplorable saturado de yerbajos y la piscina con aguas negras pútridas.

Apenas llega el recibo de la basura empieza a llamar a los hogares un disco cobrando que se repite varias veces al día, un abuso invasivo a la privacidad, que por cierto, la factura es reducida y debe aumentarse.

Ese es el prontuario que apreciamos de la sindicatura del cómico Roberto Salcedo.

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