Son personas exitosas. Sobrepasan los 30 años, son solteros, sin hijos, con carrera, maestría, doctorado, un buen carro, apartamento propio y un atractivo sueldo. ¿La vida perfecta?
Lo cierto es que miles de individuos que se encuentran en esta situación experimentan frustración en el amor y el sexo. La falta de compañía en la cama les provoca sentimientos de soledad y desprotección.
La psicoterapeuta Natalia Nin señala que este cuadro es lo que se conoce como el síndrome de la cama vacía. Sostiene que sobre su incidencia aun no existen estadísticas, pero en consulta se puede apreciar que es más frecuente en mujeres que en hombres, presentándose con mayor regularidad entre los 30 y 40 años de edad.
En cuanto a sus principales síntomas, Nin subraya los pensamientos sobre sí mismo, destacando que muchas personas tratan de comprender las razones de su soltería en medio del éxito que viven en otras áreas de su vida.
Se cuestionan con respecto a si son muy selectivas, si tienen estándares muy altos, si es que su propia independencia, en especial las mujeres, intimida a quien se acerca.
“La inseguridad nace por la idea repetitiva de que no son lo suficientemente buenas para ser elegidas, y en muchas ocasiones, inician una relación solo por la presión social de no estar solas. La mayoría de estas relaciones terminan en fracaso afectando la autoestima”, revela la especialista de la conducta.
Dice que este síndrome puede presentarse en dos panoramas: en personas divorciadas, que al experimentar la ausencia de la pareja se llenan de inseguridad, incertidumbre y cuestionantes sobre su futuro y en solteras y solteros que han conectado su realización personal y felicidad con la idea de tener una pareja.
“Todas estas expectativas están construidas en los estereotipos marcados por la cultura de cada sociedad y tradiciones familiares, inspiradas muchas veces por las películas que muestran los finales felices sin exponer los sacrificios que conlleva mantener una relación real de pareja”, considera.
¿Cómo lidiar con este síndrome? La doctora Nin señala que lo primero que debe hacerse es buscar la ayuda de un profesional que pueda ofrecer acompañamiento para que se derriben los pensamientos limitantes, se trabaje en la autoestima, autoimagen y propósito de vida del paciente.
“Además, el terapeuta sirve de apoyo para restablecer lo que realmente es la soltería, para lograr reconectarle con sus entes motivacionales y que pueda redescubrir su propia riqueza y su aporte al mundo”, enfatiza.
Lo que se busca es generar mayor seguridad en sí mismo, ver que la soltería no es un castigo, sino una etapa de la vida que se puede vivir con alegría, conocer y explorar qué es lo que se quiere y lo que no, poder separar las expectativas de los logros externos que causan presión y decidir cuáles de estas realmente interesan.
Asimismo, permite establecer nuevas rutinas que hagan a la persona moverse de su zona de confort y aumentar su creatividad.
“¿Por qué? Porque generalmente cuando lo que nos mueve es el miedo a estar solos podemos estancarnos en un mismo grupo o rutina, volcando toda nuestra necesidad interna en él y perdernos de muchas experiencias que nos esperan en la esquina. El amor que abre todas las puertas es el amor propio”, dice la psicoterapeuta infanto-juvenil y de adultos.
Nin considera que tanto los hombres como las damas deben tener claro que su bienestar físico y emocional no depende de vivir solo o acompañado, tampoco de llenar las expectativas sociales.
¿Acaso se puede evitar? La doctora Nin apunta que el síndrome de la cama vacía sí es posible evitarlo. “Esto se hace iniciando con la crianza de nuestros hijos, donde evitemos fomentar en ellos que para ser felices y sentirse realizados como personas, deben estar en una relación de pareja”, concluye.
¿Cuáles consecuencias podría acarrear?
La terapeuta Natalia Nin detalla que las consecuencias del síndrome de la cama vacía podrían ser las siguientes:
1. Mantener relaciones tóxicas para evitar estar solos.
2. Entablar círculos emocionales destructivos donde se saldrá más lastimado.
3. Vivir una vida que cumpla con todos los estándares sociales, pero que no elimina la soledad. Se puede estar rodeado de mucha gente y sentirse solo.
4.Dejarse manipular por los chantajes emocionales de personas cercanas que alimentan tu miedo a la soledad y te muevan a tomar decisiones en las que no estés seguro.
5. Buscar en el matrimonio la felicidad que debes tener antes de casarte, llevándote a tomar decisiones apresuradas y desastrosas.