“Síndrome de la mujer maltratada”

“Síndrome de la mujer maltratada”

Trastorno patológico de adaptación en mujeres que han sufrido maltrato

Este es un trastorno patológico de adaptación que se da en mujeres que han sufrido exposición a un maltrato y violencia de forma repetida. Y cuando hablamos de “violencia doméstica o violencia familiar” nos referimos todos los actos de violencia y/o maltrato físico y emocional que son producidos habitualmente dentro del hogar por un individuo integrante de la familia y que provoca en las víctimas impotencia, aislamiento, culpa, temor y vergüenza.

La violencia doméstica puede presentarse en cualquier edad, cultura, religión, raza y/o nivel socio-económico, y existen diferentes tipos de la misma.

Este síndrome hace referencia a un trastorno fruto de la vivencia de una mujer bajo una situación de maltrato de forma recurrente. El mismo se asocia con procesos traumáticos y está formado por un conjunto de signos y síntomas diferenciados.

Walker, en 1984, se basó en dos teorías para el análisis y formulación de este Síndrome de la mujer maltratada; la teoría de la indefensión aprendida (IA) y la suya propia del ciclo de violencia de género (CM).

Según recogen las investigaciones, Walker formuló la teoría IA basándose en los hallazgos conducidos por los experimentos realizados con unos perros por el psicólogo Seligman en 1967 quien descubrió que, tras someter a un animal a descargas eléctricas sin posibilidad de escapar de ellas, dicho animal no emitía ya ninguna respuesta evasiva, aunque, por ejemplo, la jaula hubiese quedado abierta.

En otras palabras, había aprendido a sentirse indefenso y a no luchar contra ello. Una vez comprobados fenómenos similares en el comportamiento humano, Walker, explica cómo la mujer que ha experimentado la violencia queda incapacitada para controlar su voluntad a través del tiempo, desarrollando así la “condición de impotencia aprendida”.

Estudios han demostrado que las mujeres que viven en relaciones abusivas permanecen en ellas durante mucho tiempo soportando toda clase de agresiones, desde las más sutiles hasta las más crueles y detestables; y como consecuencias del síndrome de la mujer maltratada, se diferenciaron dos fases en las consecuencias: en la primera fase o fase de dominio, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a su propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a negar la realidad.

Pero también se identifican cuatro factores por los cuales las mujeres víctimas de violencia doméstica no buscan ayuda ante las situaciones de maltrato.

Según los peritos, Primero, porque las mujeres maltratadas se avergüenzan de su situación por lo que prefieren vivir en el anonimato y se aíslan socialmente para impedir que otros se enteren de lo que ellas están sufriendo. Segundo, mantienen una dependencia económica y afectiva con el agresor.

Tercero, les aterra la idea de que su pareja pueda vengarse. Por último, el estado emocional en que se encuentran les impide tomar una decisión acertada para poner fin a su situación.
*la autora es Psicóloga Clínica