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POR MARGARITA QUIROZ
Las mujeres que presentan síndrome de ovario poliquístico corren el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 debido a los trastornos hormonales y el hirsutismo, síntomas característicos de este problema ginecológico.
La explicación por la que este síndrome desencadena en estas enfermedades es porque su origen genético tiene como base el mal funcionamiento de las hormonas denominadas insulina, la cual en determinado momento se torna incapaz de permitir la entrada de los carbohidratos o azúcares a las células, acumulándose en el organismo, lo que provoca la hiperglicemia.
De acuerdo al ginecólogo Bernardo Fernández Diloné, el ovario poliquístico se desarrolla en mujeres que tienen antecedentes diabéticos, de ahí la importancia del tratamiento preventivo.
Esta anomalía no produce sensación de dolor pero, hay que estar alerta ante la falta prolongada de ciclo menstrual ya que este síndrome puede desencadenar en una hipertensión inducida por el embarazo, la cual es la primera causa de muerte en mujeres embarazadas en el país.
En tal sentido, Fernández Diloné recomienda que cuando una mujer logra quedar embarazada presentando ovario poliquístico tiene que cumplir al pie de la letra el tratamiento referido por el médico. Además, tiene que cambiar el hábito alimenticio, reducir y consumir alimentos libres de grasas, carbohidratos y azúcares.
Por su asociación directa con la resistencia a la insulina, el ovario poliquístico predispone al síndrome metabólico y consecuentemente la diabetes tipo 2. Según estudios realizados, mundialmente el 10 % de las mujeres en edad fértil padecen de este trastorno.
El síndrome de ovario poliquístico es el resultado de la acumulación de una serie de folículos, los cuales adoptan forma de corona en la corteza del ovario, lo que provoca un descontrol en el ciclo menstrual.
Este conjunto de alteraciones se presenta en mujeres en edad reproductiva, es decir, de 12 a 48 años y trae como consecuencia problemas de presión arterial, obesidad, presencia de quistes en el ovario, disminución o ausencia de la menstruación e infertilidad.
También, este trastorno puede provocar aborto espontáneo, embarazos anormales, exceso de hormonas masculinas en la sangre (andrógenos), aumento desmesurado y descontrolado de los vellos púbicos, acné y virilización e hirsutismo (vello en bigote, barba y pecho).
También, la mujer con ovario poliquístico es una buena candidata a tener embarazo con niños que no crecen adecuadamente o desmesuradamente.
Normalmente nosotros hablamos de ovarios poliquísticos en un solo sentido: que la mujer no ovula, que tiene ciclos irregulares, obesidad y demás, no obstante, no se tocan los problemas cardiovasculares y de diabetes y ante todo la parte preventiva que es lo más importante, explica el especialista.
Se ha encontrado que en pacientes, generalmente obesas, existe un grado de disminución de la sensibilidad a la insulina endógena o sea tienen resistencia a la insulina y con ello predisposición a la diabetes.
Los síntomas de este síndrome mejoran marcadamente al disminuir con los tratamientos el estado de resistencia a la insulina, fenómeno central del cuadro clínico. El tratamiento de la obesidad logra en buena parte este objetivo y por ende la baja de peso.
En caso de que el tratamiento con medicamento no ofrezca los resultados esperados, entonces, según explica Fernández Diloné, se recurre a la cirugía o a la fulguración (quema de los folículos).
Cómo identificar la enfermedad
La ausencia prolongada de la menstruación (de cuatro a seis meses), la virilización y hirsutismo, así como en caso extremo la diabetes, son los indicadores principales para que una mujer asista ante un especialista y se realice los exámenes de lugar.
De acuerdo al especialista, el examen sonográfico es la forma más idónea para detectar esta anomalía. Otra forma de diagnóstico es a través del historial clínico de la paciente o por pruebas de laboratorio, específicamente estudios hormonales.
Síntomas
Obesidad
Presión alta
Presencia de quistes en el ovario.
Disminución o ausencia de menstruaciones.
Infertilidad o abortos espontáneos
Exceso de hormonas masculinas en la sangre (andrógenos).
Virilización e hirsutismo (vellosidad corporal aumentada)
Acné.
