Singularidad: punto neurálgico de la Física Moderna

Singularidad: punto neurálgico de la Física Moderna

Hay un punto en el que las dos grandes teorías parciales con las que los científicos describen el universo, la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica, parecen coincidir, y es lo concerniente a lo que se conoce como «singularidad» o punto de volumen cero, donde la curvatura espacio-tiempo llega a ser infinita.  Por el principio de equivalencia, una de las dos piedras angulares en que se fundamenta la teoría general de la relatividad, sabemos que tanto la gravedad como la aceleración son equivalentes, ya que ambas producen el mismo efecto sobre el espacio-tiempo, siendo éste proporcional a la intensidad de cada uno. En su nivel máximo, la gravedad o la aceleración reduce la curvatura espacio-tiempo a volumen cero (singularidad).  Ahora bien, ¿en cuáles casos se presenta singularidad en el macro y en cuál en el micromundo? de acuerdo con la teoría general de la relatividad, que es la que se ocupa de la estructura del universo en gran escala, en el caso del macromundo hay singularidad al inicio del universo (Big Bang), al colapsar una estrella fría estable de gran masa, en el centro de una galaxia, o bien el caso hipotético de que un objeto material lograse alcanzar la velocidad de la luz (300,000 km/s).  En cuanto al mundo de los átomos y partículas, que es el área de la otra gran teoría parcial, la mecánica cuántica, se dice que si en el futuro se lograse, mediante un acelerador de partículas, obtener una partícula con una energía por encima de lo que se conoce como energía de Planck (diez millones de billones de GeV) «su masa estaría tan concentrada que se amputaría ella misma del resto del universo y formaría una pequeño agujero negro», es decir, una singularidad (ver «Historia del tiempo», Stephen Hawking, Pag. 215).

En resumen, el colapso gravitatorio de cualquier especie, tanto en el macro como el micromundo, forma singularidad. Esto ha llevado a algunos físicos, como el afamado Gerald Feinberg de la Universidad de Columbia, a preguntarse sobre la posibilidad de que exista un mundo más allá del nuestro, poblado solo por partículas que se mueven a velocidades superiores a la velocidad de la luz. ¡Fascinante!

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