Síntesis del informe final ENDESA 2002

Síntesis del informe final ENDESA 2002

[b]Antecedentes[/b]

A casi dos décadas de su inicio en la República Dominicana, las Encuestas Demográficas y de Salud constituyen uno de los esfuerzos más consistentes en la generación de información sociodemográfica y de salud en el país, sirviendo como marco de referencia obligado para el diseño de las políticas y los programas que desarrollan tanto el sector público como el privado, para abordar los nuevos retos que impone mejorar la calidad de vida de la población.

La Encuesta Demográfica y de Salud 2002 (ENDESA 2002), es una de las más completas investigaciones a nivel mundial dentro del programa Measure DHS+, por el número de temas abarcados. Además es pionera en América Latina en el levantamiento de información sobre seroprevalencia de VIH.

Se caracteriza fundamentalmente por investigar los principales indicadores de los hogares, la salud reproductiva, la nutrición de los niños, la mortalidad en los primeros años de vida, mortalidad materna, violencia contra la mujer, VIH/SIDA, morbilidad , utilización de servicios y gastos en salud.

[b]Metodología[/b]

Por primera vez en la República Dominicana, se dispone de datos a nivel provincial para la mayoría de los indicadores abordados, como una contribución a los procesos de descentralización que viene demandando la sociedad .

La muestra abarcó 32,000 viviendas. Para la recolección de información se utilizaron cuatro cuestionarios: un cuestionario de hogar aplicado en 27,135 hogares; un cuestionario indivi-dual de mujeres aplicado a 23,384 mujeres de 15 a 49 años de edad en esos hogares, un cues-tionario de hombres aplicado en uno de cada 8 hogares, con el que se entrevistó a 2,833 hombres de 15 a 59 años; y un cuestionario de morbilidad y gastos en salud, aplicado aproximadamente en la mitad de los hogares totales visitados.

[b]Hallazgos[/b]

[b]Características de los hogares y de la población[/b]

En los hogares dominicanos el 28 por ciento de su jefatura está a cargo de una mujer, en mayor proporción en la zona urbana con un 31 por ciento, contra un 22 por ciento en la zona rural .

El número promedio de personas por hogar disminuyó a 3.9 en el 2002. En 1991 era de 4.6 y en 1996 de 4.3. El tamaño promedio de los hogares se mantiene sin diferencia alguna entre las zonas urbana y rural.

Cuando se observa la estructura de la población dominicana, se comprueba su tendencia a la disminución porcentual de la población joven y el incremento en las edades medianas y avanzadas, distribuidas de la siguiente manera: la población menor de 15 años representó en el 2002 un 35 por ciento del total, la de 15 a 64 un 59 por ciento y la de 65 y más cerca del 6 por ciento.

En los hogares del país, el 51 por ciento de los niños y niñas entre 10 y 14 años vive solo con un padre o con ninguno y el 18 por ciento no vive con ninguno de los dos.

En atención a su residencia, en el total de menores de 15 años, el problema de la no convivencia entre hijos y padres es peor en la zona urbana que tiene un 47 por ciento frente a la rural que es de un 40 por ciento. La proporción de niños y niñas que no viven con ninguno de sus progenitores es mayor en la zona rural, con un 15 por ciento, frente a la zona urbana que tiene un 14 por ciento.

Uno de los problemas más debatido con respecto a la niñez dominicana es el relativo a las actas de nacimiento; según la ENDESA-2002 el 13 por ciento de los menores de 15 años carece del certificado.

El 22 por ciento de los niños de 0 a 4 años también carecía del acta de nacimiento, descendiendo a un 6 por ciento en los menores de 10 a 14 años.

El nivel de educación de la población dominicana presenta una tendencia a mejorar observándose que mientras la población de 50 años o más tiene una mediana de años de estudio de apenas 3 ó 4, en las personas de 20 a 29 años la mediana alcanza 8 años.

De acuerdo a la zona de residencia, en el área urbana la mediana de años estudios es de 6.3, en tanto que en la zona rural alcanza apenas 3.9 años, con una brecha educativa de algo más de 2 años de educación.

La mujer dominicana presenta mayores niveles de educación media y superior que los hombres con un 32 por ciento frente a un 28 por ciento, tendencia que viene manifestándose desde hace varios años .

El nivel de analfabetismo en la población de 10 años y más de la República Dominicana, de un 13 por ciento en la población de 10 años y más, continúa concentrado en la zona rural con una tasa de casi el doble a la de la zona urbana. Cuando se compara la ENDESA-96 con la ENDESA-2002 se observa que en la zona rural se produjo una reducción de 25 a 19 por ciento, en tanto que en el mismo período, en la zona urbana hubo un incremento de 8 a 10 por ciento.

El análisis de las tasas netas de asistencia escolar muestra que cerca del 15 por ciento de la población de 6 a 13 años no asistió a l nivel básico escolar durante el año escolar 2001-2002. La tasa de asistencia es más alta en las niñas, con un 87 por ciento, contra un 84 por ciento en los niños.

En cuanto al nivel de educación media, correspondiente a la población de 14 a 17 años de edad, apenas asistió el 35 por ciento en el período 2001-2002. La asistencia de la mujer con un 40 por ciento, fue ampliamente superior a la del hombre que sólo alcanzó el 29 por ciento .

Las tasas de repetición, para el primer grado de la escuela primaria, anda cerca del 10 por ciento y para los grados de segundo a cuarto se sitúa entre 5 y 6 por ciento de los estudiantes de cada uno de estos nivele s.

En cuanto a la deserción escolar, se mantiene una tendencia ascendente en la medida en que se pasa del primero de primaria al octavo grado, desde un 1 ó 2 por ciento en los primeros grados hasta un 6 por ciento en el último.

La ENDESA investigó por primera vez la pertenencia y participación religiosa en la población de 15 y más años, correspondiendo un 64 por ciento a la iglesia católica, un 9 por ciento a la evangélica y un 3 por ciento a otras denominaciones.

Un 23 por ciento se declaró sin ninguna filiación religiosa, siendo más alta en la población masculina, con un 28 por ciento frente a un 18 por ciento de la femenina. Sin embargo, la no preferencia religiosa es más alta en la población joven, que alcanza entre un 28 y 30 por ciento en el total de menores de 30 años.

La feligresía con una menor asistencia a las liturgias y ceremonias religiosas es la católica con un 67 por ciento, en tanto las personas pertenecientes a otras denominaciones alcanzan de un 88 a 92 por ciento de participación en estas actividades.

[b]Características de la vivienda y bienes de uso doméstico[/b]

Al evaluar las condiciones socioeconómicas en que vive la población dominicana, ENDESA-2002 recogió informaciones sobre las principales características estructurales de las viviendas, estableciendo que el 73 por ciento de los hogares habita en viviendas independientes y el 13 por ciento habita en viviendas denominadas “pieza o parte atrás”, localizadas en patios sin acceso directo a la calle o que constituyen anexos o piezas de otra construcción. Los hogares que residen en apartamentos alcanzan apenas el 8 por ciento.

En materia de construcción, el 63 por ciento de la vivienda típica tiene las paredes de cemento y el 27 por ciento de madera. El 88 por ciento tiene piso de cemento y/o mosaicos, el 66 por ciento está techada de zinc y el 32 por ciento de concreto.

En la zona rural los materiales de construcción varían en razón de que el 13 por ciento de los hogares reside en viviendas con paredes de tabla de palma, en tanto que el 78 por ciento de las viviendas están techadas de zinc y un 12 por ciento tiene piso de tierra.

En cuanto al número de habitaciones, el 80 por ciento de las viviendas tiene de 2 a 4 habitaciones y el 87 por ciento de 1 a 3 dormitorios.

En relación al acceso a servicios se estableció que el 81 por ciento de los hogares tiene acceso al agua para uso doméstico a través de tuberías de la red pública, con un 37 por ciento de viviendas que la recibe dentro y un 44 por ciento fuera. La proporción por zona de residencia es de un 95 por ciento en la urbana y un 64 por ciento en la rural.

En cambio, respecto al agua de consumo humano, el 55 por ciento de los hogares consume agua embotellada contra el 28 por ciento que utiliza directamente el agua provista por los servicios públicos.

El servicio sanitario ha mejorado considerablemente en el país en razón de que el 55 por ciento de los hogares cuenta con inodoro de arrastre, cifra que alcanza el 70 por ciento en la zona urbana. En la zona rural el uso de letrina sigue siendo predominante, presente en 6 de cada 10 hogares. Todavía un 6 por ciento de los hogares del país carece de servicio sanitario.

El por ciento de hogares conectados a las redes se ha elevado de manera sostenida pasando de un 78 por ciento en 1991 a un 84 por ciento en 1996 y en el 2002 ascendió a un 92 por ciento.

Las condiciones ambientales han mejorado en la medida en que el 88 por ciento de los hogares cocina con gas propano y sólo uno de cada 10 hogares con leña o carbón. El 35 por ciento de los hogares dominicanos quema la basura que produce o la arroja en el patio o en una cañada.

En la última década la adquisición de bienes de consumo duradero ha crecido de forma sostenida en los hogares dominicanos. Actualmente el 66 por ciento disfruta del uso de nevera, cuando sólo el 43 por ciento disponía de este bien en 1991. El uso de estufa se incrementó de un 56 por ciento en el 1991 a un 87 por ciento en el 2002. Es relevante el aumento experimentado en el uso de estufa en la zona rural, de 23 por ciento en 1991 a un 77 por ciento en el 2002. En 1991 el uso de la lavadora de ropa era un privilegio de sólo el 3 por ciento de los hogares, hoy 61 por ciento cuenta con este bien, destacándose que en la zona rural pasó de 0.4 al 46 por ciento.

En cuanto al uso del televisor destaca el crecimiento experimentado en la zona rural de un 52 a un 68 por ciento de los hogares, en tanto que en la zona urbana apenas creció el uno por ciento, de 83 a 84 por ciento.

La posesión de automóvil privado en los hogares subió de 13 por ciento en 1996 a 18 por ciento en 2002 y la adquisición de motocicletas casi se duplicó en el mismo período, al pasar de 12 a 23 por ciento.

[b]Características de las mujeres y hombres entrevistados[/b]

En la ENDESA-96 las mujeres de 15 a 24 años representaban el 40 por ciento del total en edad fértil y las de 35 y más años el 29 por ciento; en el 2002 las cifras respectivas son de 37 y 33 por ciento, por lo que las mujeres en edad de procreación son cada vez menos jóvenes.

Hubo un incremento en la proporción de mujeres en unión consensual, dentro del total de casadas o unidas, que pasó del 36 por ciento en el 1996 a un 43 por ciento en el 2002, una brecha de 7 puntos porcentuales.

Del total de las mujeres entrevistadas, el 51 por ciento había completado un nivel de secundaria o superior, lo que representa un aumento sustancial comparado con el 44 por ciento de 1996. La mitad de las mujeres de 20 a 24 años de edad había completado 9.9 años de escolaridad y las de 45 a 49 años se situaron en 5.2, situación que se ha evidenciado en otras mediciones.

Por zona de residencia, las mujeres que alcanzaron o completaron el nivel de secundaria o superior es del 56 por ciento en la zona urbana y apenas sólo el 39 por ciento en la rural.

La evolución del alfabetismo medido como las que podían leer frase completa o parte de una frase, es de 89 por ciento de la población femenina de 15 a 49 años, siendo más alta para las mujeres de 15 a 19 años que están alfabetizadas en un 94 por ciento, contrario al 78 por ciento para las mujeres que oscilan entre 45 y 49 años. La distribución por zona del alfabetismo, es mayor en la zona urbana con un 91 por ciento ante un 85 en la zona rural.

La situación de empleo de la mujer no ha sufrido cambios significativos desde 1996, un 51 por ciento reportó que no estuvo empleada durante los últimos 12 meses.

En el grupo de mujeres que trabajaba en los 12 meses antes de la encuesta, un 56 por ciento lo hizo para el comercio y servicios, incluido el servicio doméstico, un 29 por ciento realizó trabajos profesionales, técnicos, de gerencia o de oficina y un 13 por ciento se desempeñó en trabajo manuales. En 1996 el 3 por ciento trabajaba en el sector agrícola, en el 2002 solo se reportó el 1 por ciento en este sector.

La situación de empleo en los hombres, según edad, es de un 92 por ciento para el segmento poblacional de 35 a 44 años. Entre los casados/unidos, el 91 por ciento trabaja en la actualidad, a diferencia del 61 por ciento entre los solteros, formados por una población mayormente joven.

La ocupación más frecuente entre los hombres es el trabajo manual calificado con un 37 por ciento, seguido por las ventas y servicios con un 21 por ciento y las actividades agropecuarias con un 18 por ciento. Uno de cada 10 hombres se desempeña como profesional, técnico o gerente.

[b]LA ENCUESTA[/b]

La Encuesta Demográfica y de Salud 2002 (ENDESA-2002) fue hecha por el Centro de Estudios Sociales y Demográficos, con la asistencia técnica de Macro International, y con los auspicios de la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social, la Comisión Ejecutiva para la Reforma del Sector Salud, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Consejo Presidencial del SIDA. La encuesta fue realizada por los investigadores Maritza Molina Achécar, Nelson Ramírez, Juan José Polanco, Luis H. Ochoa, Grisel Lerebours y Brígida García.

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