EFE. Reportajes
Un infarto de miocardio se llevó recientemente al músico Juan Gabriel, una patología que se produce cuando el corazón deja de recibir el riego sanguíneo que necesita. Los cardiólogos insisten en la importancia de reconocer los síntomas, porque de ello puede depender su vida…
El infarto de miocardio se produce cuando una arteria se obstruye o se estrecha y el flujo sanguíneo no puede llegar hasta el músculo cardíaco. Como consecuencia, el oxígeno deja de llegar al miocardio y las células que no reciben esa sangre rica en oxígeno empiezan a morir.
“Las arterias coronarias se pueden estrechar por distintas causas. Las más comunes son un coágulo de sangre y la aterosclerosis (el depósito e infiltración de grasa en las paredes de las arterias)”, señalan los especialistas de la Fundación Española del Corazón.
Asimismo, explican que la aterosclerosis se va produciendo progresivamente, y se ve agravada por distintos factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto, el tabaco, la obesidad y el sedentarismo.
De igual modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que, tanto los ataques cardíacos como los accidentes cerebrovasculares suelen tener su causa en una combinación de factores de riesgo tales como el tabaquismo, las dietas malsanas, la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia (elevada presencia de grasas en la sangre).
No obstante, esta entidad manifiesta que el 80% de los infartos de miocardio y de los accidentes vasculares cerebrales son prevenibles.
“La dieta sana, la actividad física regular y el abandono del consumo de tabaco son fundamentales. Verificar y controlar los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares e infartos de miocardio como la hipertensión, niveles elevados de colesterol y niveles elevados de azúcar o diabetes, también es muy importante”, advierte.
Signos de alerta. Si, a pesar de todo, se produce un infarto de miocardio es fundamental saber identificar los signos de alerta y actuar con celeridad.
“Reaccionar de inmediato a la primera señal de señales de un ataque cardíaco le puede salvar la vida y limitar el daño que sufrirá el corazón. El tratamiento actúa mejor cuando se inicia inmediatamente después de que se presenten los síntomas”, destacan los expertos del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos.
Sin embargo, muchas personas no saben reconocer dichos síntomas. De hecho, una encuesta realizada por la Fundación Británica del Corazón (BHF por sus siglas en inglés) entre más de 500 supervivientes a ataques cardiacos, indica que ocho de cada diez no supieron reconocer que estaban sufriendo un infarto y, alrededor del 35%, creyeron que dichos síntomas se debían a una indigestión.
“Es extremadamente alarmante que la mayoría de quienes sufren un ataque cardiaco confundan sus síntomas con algo menos serio y, por lo tanto, reciban la ayuda médica más tarde”, afirma Simon Gillespie, director ejecutivo de la BHF.
El especialista recalca que cada segundo cuenta y que, cuanto antes reconozca la persona afectada sus síntomas y llame al teléfono de emergencias, mayores serán sus probabilidades de recuperarse.
Signos de alerta:
– Presión, ardor, tensión o molestia opresiva en el pecho que dura cinco minutos o más.
– Molestia constante que parece indigestión.
– Presión incómoda en el pecho que se irradia a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda.
– Mareo, desmayo, sudor o malestar en el estómago.
– Ansiedad, debilidad, náuseas, vómitos o cansancio sin motivo aparente.
– Dificultad para respirar sin que haya una razón obvia y sentir alteraciones de los latidos normales del corazón, con sudor inexplicable y palidez.