Síntomas que nos deben poner en alerta

Síntomas que nos deben poner en alerta

Los síntomas son, por definición, los “fenómenos reveladores de una enfermedad”, pero mientras que algunos no revisten mayor gravedad, otros en cambio pueden ser la señal de advertencia de que el organismo sufre una dolencia seria que hay que diagnosticar y tratar, a pesar de su aspecto inofensivo.

Para tomar las medidas oportunas y saber cuándo hay que acudir al médico conviene conocer las características, intensidad, persistencia y evolución de los síntomas, y qué pueden significar.

Cuando el cuerpo habla, hay que aprender a escucharlo y entenderlo. Estas son algunas de sus “quejas” más habituales:

 Cuando los ganglios se inflaman. Estas estructuras, que actúan en la defensa orgánica contra las infecciones, pueden inflamarse en las axilas, ingles, cuello, parte inferior de la mandíbula, detrás de las orejas y en la parte trasera de la cabeza.

Su inflamación puede indicar la presencia de mononucleosis, abscesos dentales, otitis, gingivitis, úlceras bucales o dolencias de transmisión sexual, paperas o rubéola. También pueden producirla la artritis reumatoide y algunos tipos de cánceres.

Conviene consultar al médico si después de varias semanas, los ganglios se mantienen o aumentan su tamaño, se vuelven rojos, sensibles, duros, irregulares o están “fijos” en el mismo lugar.

 Si el aliento huele mal. La halitosis suele producirse por una mala higiene bucal, prótesis dentales, o caries. Un aliento que huele a lo que se conoce vulgarmente como “manzanas podridas” es indicar de diabetes, mientras que olor fétido señala problemas intestinales. La halitosis también puede causarla la sinusitis, una infección pulmonar, la enfermedad periodontal, la faringitis o la insuficiencia renal crónica.

Si el problema persiste y no hay una causa obvia como fumar o comer ciertos alimentos “fuertes” o se acompaña de signos de una enfermedad respiratoria, hay que consultar al médico. 

 El peso cae en picado. Cuando se pierden kilos sin haber variado el estilo de vida, la actividad física o la forma de alimentación, ello puede indicar una gran variedad de desórdenes, desde hipertiroidismo, problemas gastrointestinales o infecciones, hasta algún tipo de cáncer. La depresión, anorexia y bulimia no diagnosticadas, también inducen a perder peso.

Si la merma corporal es constante, desmesurada o inexplicable, o se acompaña de dolor, hemorragia, tos, pérdida del apetito o cansancio excesivo, conviene consultar a un facultativo.

 A merced de los calambres y espasmos. Estos dolores musculares repentinos y agudos, pueden ser provocados por gripes y resfriados, trastornos gastrointestinales hepatitis, molestias menstruales o niveles bajos de potasio.

Si el dolor se propaga o persiste, a pesar del reposo, si se torna excesivamente intenso o se produce al caminar, para remitir al detenernos y reaparecer al reemprender la marcha, es aconsejable requerir la opinión de un profesional de la salud.

 En medio del vértigo. La sensación falsa de estar moviéndose o girando, la cual produce incomodidad y mareo, llamada “vértigo periférico” puede deberse a problemas del oído interno, así como a un traumatismo, una laberintitis o el Síndrome de Meniere.

También existe un tipo de vértigo denominado “central” causado por anomalías en el cerebro, el cual suele acompañarse de problemas en la vista, la deglución, el movimiento y el habla, y está asociado a enfermedades o lesiones graves e incapacitantes.

Si este tipo de alteración es persistente o incómoda, hay que acudir a un centro sanitario para diagnosticar su origen.

 Cabellos débiles y uñas frágiles. La caída del pelo sin una causa que lo justifique, al igual que las uñas quebradizas y blanquecinas puede indicar que algo no funciona bien en el organismo.

La caída del cabello puede indicar una deficiencia de vitaminas y minerales, y relacionarse con el estrés y desarreglos hormonales, mientras que la fragilidad de las uñas también puede deberse a carencias nutricionales, así como a infecciones por hongos o la sobre-exposición a productos químicos.

Hay que acudir al médico si el pelo se cae de forma alarmante y surgen zonas donde no vuelve a crecer, o si el cuero cabelludo enrojece o se vuelve escamoso, o aparecen coloraciones negras debajo de las uñas, ya que puede tratarse de un cáncer de piel.  EFE-REPORTAJES.

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