La infección por dengue puede presentar desde síntomas leves hasta cuadros graves que pongan en riesgo la vida del paciente si no recibe una atención médica adecuada y oportuna. Los síntomas inician entre tercer y el decimocuarto día, con un promedio de cuatro a siete días posterior a la picadura del mosquito infectado. Los más frecuentes están asociados al proceso febril, malestar general, disminución del apetito, dolor retro-ocular, dolor de cabeza, dolor muscular y/o de las articulaciones, náuseas, mareos, entre otros, los cuales no son exclusivos de la infección por dengue.
Entre las manifestaciones clínicas podemos citar: enrojecimiento facial, petequias y equimosis en la piel, edema palpebral y distensión abdominal.
Evolución la enfermedad por dengue. El dengue cursa con tres fases de evolución: febril, crítica y de recuperación.
Aparece fiebre alta los primeros dos o tres días, 39-40˜C, con disminución a partir del cuarto o quinto día.
Puede haber deshidratación, desde leve hasta llegar incluso a choque hipovolémico, con daños a órganos internos. Esta etapa crítica puede ocurrir desde el cuarto al sexto día de la enfermedad, con los signos del dengue grave.
En este caso se requiere el traslado a centros de mayor nivel de complejidad y puede necesitar asistencia en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Si el paciente evoluciona de forma favorable, inicia la etapa de recuperación con la reabsorción de los líquidos, mejoría del estado general y remisión de la enfermedad.