Siquiatra advierte sobre actitud del hombre  agresor

Siquiatra advierte sobre actitud del hombre  agresor

Mi olfato y mi percepción de estas muertes absurdas, como decía Camus, me hablan de que algo pasa en la vida emocional, sicológica y espiritual de las parejas dominicanas, que prefieren la aniquilación, el homicidio brutal y borrar la identidad del otro con ácido del diablo, cuando de separación se habla.

Solamente la inmadurez emocional o la falta de crecimiento de la inteligencia espiritual, social y cognitiva, expresan esas muertes absurdas de matar en nombre del amor, de reproducir el dolor, el sufrimiento y el miedo, para así lograr que alguien perdure a mi lado.

O quizás sean los celos morbosos, o la envidia sin límites, o la angustia de separatidad no resuelta, que lleva a una pareja a reproducir la vieja y patológica consigna “mía o de nadie”.

¿Cómo explicar la forma narcótica del amor con dependencia en los adolescentes, en los adultos no crecidos y en las parejas disparejas?

Es que cada semana, cada mes, se despierta la comunidad, el barrio, la sociedad, con más femenicidios, con más abuso sexual en niños y niñas, más muertes violentas, más violencia intrafamiliar y más desprecio por la vida y por la paz.

Es evidente la existencia de sicopatologías, de abuso de drogas, de violencia de género y de falta de habilidades sociales y sicológicas para tolerar la frustración, para saber qué hacer de forma sana y funcional. También se nota la ausencia de políticas públicas eficientes y eficaces para prevenir todas estas muertes absurdas.

La pareja sicópata, o más, los maridos sicópatas existen en cualquier pareja, con distintas profesiones y diferentes estatus. Los hay políticos, militares, médicos, obreros, gente común,  y hasta de apariencia  cristiana. El sicópata es alguien insaciable, que todo lo cree posible, sin límites, sin afectividad, sin empatía. Buscador de ganancias, ventajas y beneficios  para lograr cubrir sus “necesidades especiales”.

Para el sicópata no existe lo correcto, lo justo, la equidad. Más bien existen necesidades, metas, cosas por lograr y aplicar la vieja frase “el fin justifica los medios”.

Todo gira alrededor de sus necesidades; es un egoísta, un ególatra y megalómano de primera línea. De ahí su habilidad para manipular, chantajear, extorsionar o chismear, dividir, desacreditar para lograr un propósito, no existen métodos, formas, estrategias, que lo paren.

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Mucho cuidado

Si el sicópata abusa de sustancias y tiene problemas de impulsividad o mal manejo de la ira, a la pareja  le esperan pescozones, trompadas, patadas, insultos de todo tipo. Pero si  además presenta problemas existenciales, carenciales e historia de abandono, abuso y maltrato en su  infancia, entonces hay que preparar a la pareja. Sus métodos van a  ser violentos, agresivos, con armas y con el deseo de aniquilarla sin el manejo de arrepentimiento, de afectividad ni de vínculos.

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