El siquiatra Héctor Guerrero Heredia aseguró ayer que la República Dominicana está entre los países de la región con más baja tasa de suicidios. Analizó las cifras.
El especialista se refirió a que durante el año 2016 y los primeros meses del 2017 el país registra 833 muertes por suicidio. A su juicio, lo que ocurre es que esas muertes se conocen a través de las redes sociales o de los medios de comunicación.
En la República Dominicana las cifras son inversas a lo que pasa en el mundo desarrollado, en esas naciones las personas se suicidan, pero en este país a la gente la matan, dijo el galeno al ser entrevistado en torno a las cifras oficiales de suicidio.
Analizó que la socialización de los suicidios hace que la gente tenga una percepción de que es más alta, cuando en la práctica no lo es. El suicidio es alto en los países desarrollados, dijo.
El análisis de las cifras oficiales da cuenta que en el país se registran seis suicidios por cada 100 mil habitantes, en las naciones desarrolladas es de 12 por cada 100 mil, dijo el especialista en salud mental.
El que el país tenga más homicidios que suicidios habla de un problema de desarrollo, asegura el reputado profesional de la psiquiatría.
El profesional aseguró que en la práctica el 96% de las personas que se suicidan tienen problemas psiquiátricos, bipolaridad tipo dos, esquizofrenia y trastornos límites de la personalidad.
El suicidio Lo que mata a las personas es la enfermedad mental, con una predisposición genética.
Sin embargo, asegura que en el país todo se le atribuye a la depresión, aún cuando se sabe que el 10% de los esquizofrénicos se suicida. Se suicidan los alcohólicos, los que tienen gran ansiedad y los que tienen compulsiones, insiste al señalar que la depresión se mal usa en la ciencia médica dominicana.
El psiquiatra insistió en que en los países del primer mundo las personas deciden quitarse la vida, pero tienen un índice menor de homicidios y eso a su juicio debe ser bien analizado.
Guerrero Heredia asegura que la gente en los países desarrollados asume que tiene derecho hasta a disponer de su vida, eso a su juicio cambia en los contextos culturales