Siquiatra afirma no hay prueba prediga reacción con arma

Siquiatra afirma no hay prueba prediga reacción con arma

Las evaluaciones sicológicas para otorgar permisos para armas de fuego no aseguran predecir  si una  persona podría incurrir en un homicidio o un suicidio.

La afirmación fue hecha por el siquiatra Secundino Palacios, con relación a ese requerimiento de  Interior y Policía. Palacios informó que no existe ningún protocolo internacional  que pueda medir las reacciones de los individuos en momentos determinados.

Dijo que él y muchos otros siquiatras rehúsan  hacer esas evaluaciones porque no están de acuerdo con ellas.

“No cuestionamos el derecho que tienen otros colegas a hacerlo, pero en la casuística internacional no existe ningún país del mundo donde previamente haya un protocolo que determine si en la estructura cerebral de ese ser humano existen o no alteraciones que pueden, ante algún evento de la vida, tornarse agresivas. En consecuencia, para mí, esa evaluación no tiene ningún rigor científico”, insistió.

Explicó que el análisis a que son sometidas las personas para obtener licencias de porte o tenencia de armas de fuego se limita a una serie de preguntas a manera de cuestionario que, a su juicio,  no  posee ningún rigor que lo pueda hacer  un predictor o no de violencia por parte del portador del arma de fuego.

En ese sentido, Palacios consideró que las armas de fuego no deberían estar en manos de la población civil, sino en manos de policías y militares en servicio.

Además expresó que los países con más armas de fuego son los más inseguros y muestra de ello son diferentes estudios estadísticos que así lo han revelado en diferentes países del mundo.

Más vulnerables

Sobre el tema, la socióloga Tahira Vargas dijo que el arma de fuego se convierte en un riesgo para quienes la portan, debido a que los hace más vulnerables.

Cuestionada en torno a las razones por las que muchos crímenes se cometen con armas legales, la especialista coincidió con Palacios en que es difícil predecir las reacciones de las personas.

Desde su óptica, las armas no deberían portarse, porque muchas veces provocan situaciones de las que los individuos luego se lamentan, como ha ocurrido en muchas ocasiones. Consideró que sólo la deberían portar los militares, quienes deberían ser observados más de cerca por especialistas, debido a que ellos también pueden constituir un peligro para su familia y ellos mismos.

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