En el país sí existe una cultura de violencia producto de la desigualdad, la exclusión, la inequidad y la ausencia de políticas públicas del Gobierno en materia educativa para abordar las causas de este flagelo que se manifiesta en varias aristas.
Así concluyen la antropóloga social Tahira Vargas; el psiquiatra José Miguel Gómez y el sociólogo Modesto Encarnación.
Los expertos en la conducta aseguran que los dominicanos han perdido la sensibilidad y observan la violencia como algo normal, cuando deberían alarmar los altos índices de feminicidios, asesinatos, violaciones y atracos que se registran en el país.
Ante este proceso, afirma Gómez, los ciudadanos han desarrollado una paranoia social y una deshumanización que se percibe en las calles. Al respecto, Vargas sostiene que la falta de sensibilidad es proporcional a la actitud de las autoridades, por ejemplo los policías que matan a la luz del día en presencia de niños.
La antropóloga social coincide con Encarnación en que los mensajes que difunden los medios de comunicación y el alto contenido violento en los juegos infantiles son también generadores de violencia.
Mientras Vargas resalta que República Dominicana es uno de los países con mayor desigualdad social en Latinoamérica, José Miguel Gómez precisa que esos niveles de pobreza repercuten en actitudes emocionales negativas como la ira, el odio y la irritabilidad.
Críticas. Vargas y Gómez no favorecen que senadores y diputados endurecieran las medidas de coerción contra los jóvenes que cometen crímenes y delitos.
Esos jóvenes que ingresan a pandillas y bandas son víctimas de su entorno, de la falta de oportunidades y de recursos. Detrás de sus actos siempre habrá una persona mayor con poder que los influye , afirma el psiquiatra.
Vargas apunta que el endurecimiento de las penas del Código del Menor generará una espiral de violencia que será difícil frenar.
En el caso de Honduras, donde se incrementaron las penas contra menores, las incidencias de violencia se han aumentado.
Ambos exhortaron al Gobierno a establecer programas de reeducación de la conducta y de inserción psicosocial. En tanto, Encarnación, quien imparte la asignatura Realidad Social Dominicana en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), insta a que las medidas sean aún más fuertes, por el nivel de los delitos, pero considera que se debe invertir más en programas de educación.
Propuestas. Gómez, presidente de la Asociación Dominicana de Psiquiatría, propone implementar programas de salud mental en las escuelas y la creación de unidades de psiquiatría forense como auxiliares de la justicia. Encarnación plantea que trabajadores sociales se dirijan a los barrios marginados a trabajar con grupos en conflictos focalizados y Vargas precisa que se deben desarticular las redes delictivas con educación, no con opresión.
Antecedentes
Feminicidios
Los hechos hablan por sí solos. El domingo pasado en Santiago los medios divulgaron la información de un hombre que golpeó a una mujer a batazos y luego la lanzó de un cuarto piso. En julio trascendió la noticia de un señor que estranguló a su esposa y su hijastra y luego se envenenó, en Los Alcarrizos. En agosto, en San Cristóbal, otro hombre mató a tiros a su esposa, quien estaba embarazada.
Pandillismo
El horrendo crimen del joven José Carlos Hernández, quien fue asesinado de 27 puñaladas por una supuesta banda llamada Mega Metal.
Los protagonistas
José Miguel Gómez
Se necesita un sistema judicial menos corrupto y una Policía que sepa cómo abordar los conflictos, no estoy de acuerdo con la represión, sino con una reeducación de los ciudadanos.
Tahira Vargas
Violencia genera más violencia. Las autoridades deben cambiar su discurso de autoritarismo e imposición por otro más democrático donde el individuo sienta que se le respeta.
Modesto Encarnación
Los feminicidios son producto de la cultura machista. Nos educaron para pensar que el hombre debe dominar y eso debemos sacarlo de las mentes de los niños a través de la educación.