Siria promueve terrorismo

Siria promueve terrorismo

UBI RIVAS
Siria ha justificado la identificación de país que auspicia el terrorismo como lo señaló en su momento el presidente George Bush Jr. en una época que incluyó a Libya, hoy liberado del estigma, y también a Irán y Corea del Norte.

La especie es oportuna a raíz del asesinato repudiable del notable periodista libanés Gibrain Tueni, propietario del diario An Nahar, el de mayor circulación del Líbano, y no pocos en ese otro paraíso fiscal y núcleo empresarial más señalado de todo el Mediterráneo, acusan tanto a elementos de la inteligencia libanesa como la seguridad siria en el atentado que el 12 presente mes de diciembre costó la vida a Tueni.

Walid Yumblat, líder druso-libanés señaló de inmediato a Damasco como el eje motor del asesinato de Tueni, no solamente un dueño simple de un periódico, sino un intelectual de gran valía y estima en la sociedad libanesa, miembro de una familia de intelectuales de gran prestigio en el convulsionado país que parece no arribar a una paz segura, no obstante no estar en zafarrancho de combate permanente, como su vecino Israel.

Tueni está vinculado como familiares de ese apellido que residen en nuestro país, muy conocidos por su laboriosidad y una prima de Gibrain, Emeli, es una destacada periodista de crónica rosada en HOY.

El régimen del presidente sirio Bachar El Asad pretendió cubrir las apariencias y proyectar la sensación de no estar involucrado en el horrible hecho criminal, censurándolo, calificándolo de «acto estúpido», conforme reseñó la agencia oficial siria SNA, pero pocos en realidad creyeron la especie, tildada de payasada, biombo y cinismo.

Gazan y Nadia Tueni también son dos importantes intelectuales libaneses, el primero progenitor de Gibrain y la segunda hermana.

El 14-02-05 un atentado similar costó la vida al primer ministro libanés Rafic Hariri, y 20 personas que le acompañaban, y también en esa ocasión se sospechó la complicidad inequívoca de Damasco en ese crimen, hecho que se investiga profundamente, y del que inclusive ha tomado una acción directa al secretario general de la ONU; el ganés Koffi Annán.

Lo cierto es que Líbano no disfruta de una paz como otrora, que le ganó la nombradía de Suiza del Mediterráneo, por la enorme cantidad de cuentas bancarias cifradas en sus cientos de bancos, idéntico a los principiados europeos de San Marino, Lichienstein, Vaduz, Mónaco, Luxemburgo, a lo que se añadía su concomitante atracción turística, habida cuenta de que en las playas libanesas la temperatura es de 28 grados celcius y a 20 minutos se observan y se accesa a las montañas nevadas.

Esos encantos que atesoraba el Líbano empezaron a difuminarse en 1975 cuando las guerrillas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que lideraba el raíz Yasser Arafat, expulsadas de Jordania por el rey Hussein, en aquel trágico septiembre de 1970, empezaron a trastornar la paz libanesa, enfrascándose en feroces combates con el Ejército israelí que consiguió expulsarlas de territorio libanés con el concurso de las milicias cristianas, yendo al peregrinaje del exilio hasta Túnez, donde Arafat proclamó el estado Palestino en 1988.

Siria ocupó con más de 40 mil soldados a Líbano desde 1984 y no fue sino hasta apenas un mes que compulsado por el presidente Bush Jr. abandonaron la ocupación, afrentosa como todas, no sin evidentemente enraizar células reducidas pero poderosas, aguerridas y destructivas que parecen no conceder paz al Líbano.

El 12-09-82 se produjo la horrible masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila que comandó el hoy premier Ariel Sharón con el respaldo de las milicias cristianas libanesas y que costó la vida a más de mil palestinos de todas las edades y sexos.

Líbano merece la paz y la humanidad se esperanza de que así acontezca pronto.

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