Siria tiene nuevo primer ministro 

Siria tiene nuevo primer ministro 

DAMASCO. AFP. El presidente de Siria, Bashar al Asad, designó el miércoles a un nuevo Primer Ministro, que tendrá la tarea de formar un gobierno, aunque los rebeldes de la oposición han pasado a la ofensiva contra las fuerzas gubernamentales en la región de Damasco.  

Asad delegó esa tarea al ministro de Agricultura, Riad Hijab, de 46 años, aunque por el momento no fue divulgada ninguna fecha para la formación del nuevo gobierno gabinete, previamente conducido por Riad Safar, aunque el nombramiento no deberá tener mayor incidencia en la gestión de la crisis.  

Safar había sido nombrado jefe del gobierno en abril de 2011, un mes después del inicio de la revuelta popular que comenzó con manifestaciones pacíficas, pero que rápidamente se militarizó ante la violenta represión ordenada por las autoridades.  

Después de unos 15 meses de revuelta, la violencia ya dejó un saldo de unas 13 mil 400 personas muertas, en su mayoría civiles, de acuerdo con informaciones de la entidad opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).  

La escalada de violencia ya motivó la huida de decenas de miles de sirios hacia países vecinos y creó una situación humanitaria crítica, aunque la comunidad internacional parece impotente para superar sus divergencias sobre la cuestión siria.  

Rusia y China continúan firmemente opuestos a toda propuesta de ingerencia externa en Siria, aunque Moscú expresó estar abierto a una salida de Asad «al fin de un proceso político» de transición que debe ser organizado por los propios sirios.  

Este miércoles, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, opinó que un cambio de régimen en Siria podría llevar ese país a una «catástrofe».  

Los grupos de la oposición «fuera de Siria piden cada vez más a la comunidad internacional que bombardee al régimen de Asad, que derroque al régimen», dijo Lavrov.

«Es muy arriesgado, yo diría incluso que podría llevar a la región hacia la catástrofe», agregó el jefe de la diplomacia rusa.  

En tanto, el país sigue siendo sacudido por la espiral de violencia.  

De acuerdo con el OSDH, violentos combates fueron disputados en la noche del martes en la periferia de Damasco, donde incluso se verificó una poderosa explosión en el barrio de Rukneddine.  

En la aldea de Shirqaq, los combates dejaron un saldo de tres civiles muertos (una pareja y su hijo), al tiempo que otras tres personas murieron en la aldea de Al Hiffa, donde las fuerzas regulares buscan retomar el control.  

«Hombres armados de aldeas vecinas a Al Hiffa, favorables al régimen, participan de las operaciones militares», dijeron fuentes militares.  

En otro sentido, combatientes rebeldes tomaron el control de una sede policial en la localidad de Salma, en la región montañosa curda, donde un oficial de las tropas insurgentes murió en los bombardeos.  

En apenas una semana, las fuerzas gubernamentales perdieron 168 hombres, de acuerdo con un conteo realizado con los comunicados de la OSDH pero que no se pudo confirmar con una fuente independiente.  

«El ejército enfrenta soldados rebeldes y opositores que han tomado las armas y que conocen muy bien el terreno», dijo el director del OSDH, Rami Abdel Rahmane, para quien «la prensa oficial siria no desea afectar la moral de las fuerzas regulares» divulgando un saldo de víctimas.

De acuerdo con una fuente de seguridad libanesa, estallaron combates entre soldados sirios y habitantes de la región fronteriza con Líbano, a raíz del asesinato de un libanés por soldados del ejército regular de Siria.  

Ante la degradación de las condiciones de vida para más de un millón de sirios, el gobierno autorizó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) distribuir alimentos y medicamentos en cuatro provincias, como lo estipula el plan elaborado por el emisario internacional Kofi Annan.  

El propio Annan debe hablar el jueves ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU, aunque diversos diplomáticos afirman que el emisario ya preve el fracaso de su plan y desea que la comunidad internacional presione para que el plan sea respetado, o que elabore un “plan B”.

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