Tras una semana de ofensiva de los rebeldes islamistas apoyados por Turquía en el noroeste de Siria, el presidente sirio, Bachar al Asad, ha mandado refuerzos a la provincia de Hama ante el avance de los insurgentes.
La agencia de noticias oficial siria SANA informó que las fuerzas gubernamentales consiguieron «ampliar la zona de seguridad» de Hama «20 kilómetros», después que los combatientes de la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante y otras facciones opositoras se plantaran a las puertas de la urbe.
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Con la llegada de refuerzos, las tropas de Al Asad lograron «eliminar a varios terroristas y destruir sus vehículos», de acuerdo con el medio oficial, que indicó que el Ejército logró empujar al norte de Hama a los islamistas y que los combates se centran en la zona septentrional de la provincia homónima.
Hama, por donde transcurre la estratégica autovía M5 que vertebra el país de norte a sur, está siendo el nuevo objetivo de la alianza islamista, que ya logró tomar amplios territorios en el noroeste del país especialmente en provincias Idlib y Alepo- en la ofensiva que lanzó 27 noviembre.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la llegada de refuerzos y de armamento del Ejército a Hama -además de la cobertura aérea de Rusia- han permitido frenar el avance de la alianza islamista.