Chispas de luz rutilan en la oscuridad oceánica en que zozobra la municipalidad dominicana, pequeñas y grandes alcaldías naufragan en la frágil institucionalidad, se hunden en la inoperancia de administraciones sin rumbo al influjo de la improvisación, el accionar de alcaldes y alcaldesas sin formación ni vocación de servicio.
Desde el primer trimestre de 2015, hay intentos de revertir esa situación. A 50 de las 387 entidades municipales le lanzaron el salvavidas del Sistema de Monitoreo de la Administración Pública Municipal (Sismap) orientado a fortalecer la gestión edilicia, tecnificarla, institucionalizarla, legitimarla.
A través de esta estrategia de acompañamiento, que les ayuda a detectar debilidades para juntos superarlas, varios emergen del marasmo y eso despierta optimismo. Pero… existen realidades que se erigen como valladares: las enormes rocas de la cultura política, el centralismo, paternalismo y clientelismo, cambios en cada proceso electoral que implican un comenzar de nuevo, llevando a la alcaldía personas sin las características de un auténtico líder municipal.
En el marco de la reforma. El Sismap se realiza dentro del Programa de Apoyo a la Sociedad Civil y Autoridades Locales, financiado por la Unión Europea. Al ser formalizado con el decreto 85-15, se enmarca en las acciones de la Comisión Presidencial para la Reforma Municipal.
El Sismap Municipal se ejecuta junto a los ministerios de Administración Pública y de Economía, Planificación y Desarrollo; Tesorería Nacional, direcciones nacionales de Presupuesto, de Contraloría y Contrataciones, Ética e Integridad Gubernamental, las federaciones de Municipios (Fedomu) y la Juntas Municipales (Fedomin).
“Creemos, que en el próximo período de gestión 2016-2020, tendremos un cambio sustancial en las prácticas de los ayuntamientos a través del Sismap. Estamos convencidos de que por lo menos un tercio cumplirá no solo con la normativa procedimental sino que mostrarán éxitos en su gestión, para que eso prenda como modelo y la ciudadanía exija”, dice Juan Luis Pimentel, director de Incidencia y Comunicaciones de Fedomu.
Este programa monitorea municipios y distritos municipales a los que suplen herramientas para el cumplimiento de normas y procedimientos en las gestiones de recursos humanos, planificación y programación institucional, presupuestaria y financiera, compras y contrataciones, calidad del gasto, rendición de cuentas y transparencia.
Aunque pocos, las entidades edilicias incorporados tienen una representación apreciable en la población gobernada, recursos y potencial territorial. Abarcan 60% del total de habitantes y gestionan 73% de RD$23,200 millones del presupuesto municipal.
Mal de fondo. El Sismap empuja, impulsa, pero todavía muchas alcaldías navegan en aguas superficiales. Aspira bogar mar adentro, avanzar hacia la meta final, ser gestores de desarrollo, y a la postre suelten las amarras, logren independencia, autonomía.
Una lucha titánica, alientan los buenos resultados de las mediciones. Pero… el Sismap boga contra corriente, existe un mal de fondo que involucra la trilogía de los principales actores: autoridades municipales, Gobierno central y la ciudadanía.
El problema radica en que, si bien hay excepciones, alcaldes y regidores no creen o no les interesa este programa dirigido a imprimir cambios sustanciales en la administración local, conducirla a la legitimidad. Pero las mismas autoridades municipales no conciben el gobierno local como agentes de desarrollo.
El Gobierno central tampoco entiende que ese deba ser el rol de los cabildos. No hay una ciudadanía consciente que exija que la función edilicia vaya más allá de prestar servicios. Pocos creen que lleguen a ser capaces de liderar un desarrollo integral sostenible. Y no son muchos los decididos a luchar por un cambio en las reglas de juego.
En ese contexto poco alentador, el Sismap trabaja con cabildos que ganaron conciencia de esa posibilidad. Sus promotores trazaron una estrategia procurando que el gobierno local tenga conciencia de hacia dónde debe ir, a fin de revertir esa situación. Con tal propósito siguen cuatro líneas de acción que articulan una política de reforma administrativa:
__Operar sobre el Gobierno central, impulsando una dinámica de coordinación interinstitucional entre entidades rectoras del estado para atender a los gobiernos locales desde una perspectiva territorial y de su necesidad de fortalecimiento, su evolución cualitativa para incentivar la mejora de los servicios municipales.
__Dar asistencia técnica directa a las entidades municipales para que tengan la capacidad de gestionar.
__Coordinar acciones con la sociedad civil y generar insumos paralelos para cuando sea posible dar el salto cualitativo dentro del marco normativo.
Para lograrlo, las alcaldías deberán ganar credibilidad y confianza, convencer de que pueden operar con eficiencia, cambiar su imagen, ganar moral para poder reclamar, demostrando que son capaces de cumplir leyes, de rendir cuentas con transparencia.
El Sismap constituye una herramienta que debe aprovecharse, ampliarla, integrar otros municipios, incorporar indicadores de servicios y desarrollo económico local. Empoderar a la sociedad, crear conciencia en el liderazgo municipal para impulsar la necesaria reforma política, la descentralización que otorgue al gobierno local independencia financiera, capacidades técnicas, autonomía